Economía
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Financiamiento verde no llega a AL pese a su vulnerabilidad ante el cambio climático
Dora Villanueva
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de noviembre de 2023, p. 23

América Latina y el Caribe contribuyen con una parte muy menor a la emisiones de efecto invernadero, pero es una de las regiones más vulnerables al cambio climático, sin que el financiamiento verde acelere su presencia en este territorio, dijo en entrevista con La Jornada, Ferruccio Santetti, director regional del Instituto de Crecimiento Verde Global (GGGI, por sus siglas en inglés).

En la nata de 53 mil 786 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente emitidas el año pasado a nivel mundial, América Latina y el Caribe fueron responsables de 6.84 por ciento, y sólo Brasil y México contribuyeron con 3.96 por ciento, de acuerdo con la actualización más reciente de la base de datos de emisiones para la investigación atmosférica global de la Comisión Europea.

Contribuimos poco, pero vamos a ser los primeros en ser impactados por el cambio climático, enfatizó Santetti. Entre estimados que intentan medir lo imprevisible del aumento de temperatura global, se calcula que la necesidad de financiamiento para paliar sus efectos es de 4 billones de dólares sólo en América Latina.

Enorme brecha

Lo irrefutable es que no se está movilizando suficiente capital para poder financiar esta brecha de mitigación y adaptación, dijo Santetti. Hay mayor financiamiento, pero sigue en montos muy menores. De los 4 billones que se requieren en la región para cumplir con las metas de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se cuenta con un financiamiento de 800 mil millones de dólares, comparó.

El financiamiento público no va a ser suficiente para lograr esas metas de crecimiento bajo en carbono, advirtió; de ahí la necesidad de involucrar al sector privado. No obstante, el mantra inversionista: ganancias a corto plazo de bajo riesgo, hacen que el negocio verde no se perciba tan atractivo, pese a que empresas y fondos anuncian su presencia en este nicho.

En los proyectos de reforestación, “una plantación necesita al menos 10 a 15 años para empezar a producir (…); los inversionistas del sector financiero no tienen tanta paciencia, no pueden esperar 15 años para empezar a ver un flujo de caja positivo”, explicó el director regional del GGGI, una organización intergubernamental abocada a promover el crecimiento sostenible en los países en desarrollo y las economías emergentes.

De acuerdo con Santetti, el que no se generen ganancias a corto plazo es la barrera más tradicional de por qué no se ve un avance más acelerado en el mercado verde; a la evidencia de que la clase de activos que integran consideraciones de cambio climático tienen un mejor rendimiento porque son capaces de mitigar riesgos ambientales, sociales, de gobernanza.

El empujar este mercado financiero queda en un estira y afloja entre los sectores político y financiero, comentó. En las capacidades de los gobiernos se encuentra el diseñar políticas que puedan incentivar la integración de aspectos ambientales, sociales, de gobernanza en los instrumentos financieros; en las de los organismos financieros internacionales, además de dar asistencia técnica, queda demostrar que esas inversiones son posibles y rentables, tomar un riesgo que hoy el sector financiero no está dispuesto a tomar (...) ofreciendo recursos a largo plazo.

El especialista hizo referencia a la Estrategia de Movilización de Financiamiento Sostenible de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público –documento guía que delinea la ruta de captación de recursos para fines ambientales y sociales en la próxima década–, así como de la taxonomía que la acompaña, donde se determina qué puede considerarse verde y qué no, para ser un esquema replicado en las emisiones de privados.

No obstante, “es difícil hablar del enverdecimiento del sector financiero sin hablar de greenwashing” –la mercadotecnia de las organizaciones y empresas a través de temas ecológicos, sin que exista congruencia con sus prácticas de producción–, de ahí la necesidad de que también los instrumentos se acompañen de ambiciosas medidas de monitoreo y reporte, reconoció Santetti.

Muchas veces lo que vemos en las noticias es que se lanzó el primer instrumento. Lo interesante es qué pasa después y reportar los impactos, enfatizó.