Martes 31 de octubre de 2023, p. a12
Los Rangers no podían volver a repetir la estrepitosa caída del sábado. El triunfo era el único camino para seguir soñando con su primer campeonato de Serie Mundial; y así sucedió. Corey Seaguer y el pitcheo se encargaron de que Texas aventajara 2-1 la contienda contra los Diamondbacks de Arizona. Los superaron 3-1 y la batalla sigue abierta.
La novena texana no les dio ni la más mínima oportunidad a los locales. Así como Arizona lo hizo en patio ajeno, Texas le devolvió a su afición ese sentimiento de frustración. Los aplacaron y las miradas fueron de desolación entre el público.
La disputa por el título ha tenido toda clase de emociones, y el tercero de la serie no fue la excepción.
Dramatismo y efusividad transmitió la afición de Texas en los primeros juegos.
Esta misma sinergia confluyó ayer en el Chase Field ante más de 48 mil 517 aficionados ávidos por ver a sus D-Backs coronarse por segunda vez en la historia.
Después de un caótico pitcheo en el capítulo anterior, la ofensiva de los Rangers esta vez tenía que tomar el liderazgo. Nombres como Corey Seager, Adolis García y Marcus Semien, determinantes en la postemporada, tenían que aparecer. Los apagaron el sábado y no se lo podían permitir una vez más.
Con esa mentalidad, Texas pisó el diamante de los Cascabeles y rápidamente provocaron daño en la tercera entrada.
Nathaniel Lowe, Leody Taveras, Semien y Seager se conjuntaron para provocarle tres anotaciones al abridor Brandon Pfaadt.
Lowe comenzó la embestida con un doblete; le continuó Taveras con un rodado de out que le permitió avanzar a Lowe. Después llegaron los de contrato multimillonario para encender la lluvia de batazos. Semien lo hizo con sencillo impulsor de una anotación y le siguió Corey Seager con un cañonazo que terminó en las gradas; el sexto de la postemporada para el torpedero.
A diferencia del huracán de imparables (16) que sufrieron en el partido anterior, Rangers presentó otra cara a la defensiva. Sus lanzadores se comportaron. Max Scherzer y Jon Gray, con tres innings de labor cada uno, apagaron la explosividad de Arizona. En seis rollos sólo permitieron tres imparables y mantuvieron la pizarra en cero.
Con un público a la espera de que Arizona respondiera, Texas no dio pie a que esto sucediera.
Josh Sborz ingresó a la lomita con el mismo nivel de lanzamiento que sus compañeros. Contuvo la séptima y la victoria comenzaba a inclinarse hacia los visitantes.
El pitcheo sólido de Texas se complicó por primera vez en la recta final. Aroldis Chapman permitió que el panorama se estremeciera para los de Bruce Bochy. En la octava, el cubano permitió doblete de Emmanuel Rivera y productor de Perdomo, y los Cascabeles despertaron con su primera anotación. Sin embargo, Seager y Lowe hicieron la jugada del partido con una doble matanza que puso fin al episodio.