a nuestros hermanos de Acapulco.Foto cortesía de Franco Calavera
Lunes 30 de octubre de 2023, p. 6
No sólo fue el festejo de 28 años de trayectoria, de reinventar fórmulas musicales o de visibilizar causas sociales, sino que existió una comunión entre Panteón Rococó y sus 55 mil seguidores en el Parque Bicentenario.
En Días de Panteón, la banda de latin ska estuvo imparable e irradió energía que contagió a todos los seres que deambularon por el gran espacio al aire libre, con la Luna llena de testigo, en una noche de fandango. Además de baile, canto, brincos y slam, se recordaron personajes –unos, de reconocidos méritos y otros que provocan repudio–, así como de movimientos políticos-sociales que han marcado la historia del país.
El vocalista Luis Román Ibarra, conocido como Dr. Shenka, quien se refirió a los sueños cumplidos, a las raíces, a la cultura y a la mexicanidad, expresó: es esta parte que sentimos cada vez que estamos fuera, cada vez que nos miramos a los ojos y enfrentamos desastres. Mando un hermoso saludo con máximo respeto y mucho amor a nuestros hermanos en Acapulco, Guerrero; vaya la vibra, el espíritu, esa sanación que necesitamos todos
.
Sorpresivo repertorio
Panteón Rococó protagonizó un perrón
o chingón
espectáculo, con una original y sorpresiva selección de su repertorio que integró alucinantes visuales, iluminación, pirotecnia, bailarines, así como la participación de diversos invitados como KaftKlub, Hollie Cook y Easy Star All Stars, que antecedieron en el escenario a los anfitriones.
La noche del sábado, primera de dos fechas (la segunda fue ayer), los sentimientos emergieron entre los emocionados asistentes y los integrantes de la banda, que tomaron el escenario para ofrecer lo que saben hacer desde hace casi tres décadas: música.
El público impidió que la banda bajara de nivel el energizante espectáculo, pues la animó en varias ocasiones con el ya conocido ¡oeeeeee oeeeeeeeeoeeeeeeee oeeeeeee Panteón, Panteón!
, que motivó a Dr. Shenka, quien se lució con esa voz, con la cual puede interpretar cualquier género.
Hubo mucho ska, cumbia y ritmos afroantillanos; incluso el cantante también sacó sus mejores pasos y no se intimidó con un baile sugestivo que le marcó una de sus fanáticas.
En esta noche de alegría y festejo, Panteón Rococó abrió el repertorio con Arréglame el alma y ya la gente estaba enloquecida; siguieron Esta noche y Dime. Cambiante y con diversas sorpresas, continuó la selección musical con Triste realidad, Caminemos juntos, El último ska, Hostilidades, Tu recuerdo y yo, La cumbia del olvido, Abajo y a la izquierda, La distancia, Viernes de webeo y La carencia, entre otras rolas.
La banda, que desbordó energía, se despidió después de la medianoche, pero tuvo que regresar al escenario ante los gritos de la gente que pedía más música. Cerró tal como inició el concierto: con una catarsis total del público. Regaló tres rolas infaltables Vendedora de caricias, Toloache pa’ mi negra y La dosis perfecta.
Un adolescente, que se encaminaba hacia la salida junto con su familia comentó: “El show estuvo perrón; no pensé que me fuera a gustar tanto; es como si lo hubieran adaptado para todos los chavos; hasta los niñitos estaban felices”.