Lunes 30 de octubre de 2023, p. 2
Para Arturo O’Farrill, director de la Afro Latin Jazz Orchestra, con sede en Nueva York, el futuro del jazz está en las manos de los músicos latinos. El pianista y compositor, quien regresa a México con su orquesta después de 22 años, señala que en la música latina siempre hay personas que están cambiando el asunto
. Su ventaja es que tienen que entender tanto la música anglosajona como la latina. Es decir, tienen que ser artistas de doble entendimiento
.
La Afro Latin Jazz Orchestra cerró anoche el 51 Festival Internacional Cervantino (FIC) en la Alhóndiga de Granaditas, que este año tuvo a Estados Unidos como país invitado de honor con motivo de los 200 años de relaciones diplomáticas bilaterales. Antes, se presentaron en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
De la autoría de O’Farrill se interpretaron la suite Afro Latin Jazz y Corner of Malecon and Bourbon. También, arreglos de La bamba y El cascabel, y se tocó Conga patria, de Patricio Hidalgo, con arreglos de Todd Bashore. Se trata de “son jarocho amplificado por la big band”, detalló el músico. Su hijo, Zack O’Farrill, baterista, forma parte de la orquesta de 18 elementos.
Para el pianista, la música puede cambiar el mundo: Cuando te sientas al piano o tomas una jarana, estás logrando la paz. Es un acto de revolución. Tenemos que reinventar la música cada vez que tocamos, porque nadie quiere oír la misma cosa. Todo el tiempo hay que inventar elementos y fusiones
.
Música migratoria
Nacido en la Ciudad de México, pero desarrollado en Nueva York, O’Farrill nunca imaginó reunir el son jarocho con la música afrocubana; sin embargo, cayó en cuenta de que sus raíces son más o menos las mismas, en la medida en que tienen sus orígenes en África, España y Medio Oriente.
Es una música migratoria
; es decir, la historia del inmigrante que va aquí y allá, y cambia el mundo con su sabor, comida, cultura y música
. De allí su compromiso de continuar con el legado de su padre, quien cambió la conversación
y encontró también que el arte del son jarocho es muy improvisado, algo que hacemos en el jazz. Sus instrumentos tienen dotes, sin embargo, siempre improvisan
.
La música juega un papel relevante en época de conflictos, por lo cual ésta se tiene que tocar especialmente en momentos de tragedia. Los músicos somos como sacerdotes. Tenemos que hacer todo lo posible en nuestra vida para celebrar, o sea, cantar, tocar y bailar
, concluyó O’Farrill.
En 2023, O’Farrill y su orquesta grabaron un par de discos, entre ellos, Legacies. El pianista recibió una comisión para componer música para ballet en San Francisco. También escribe su primera ópera, la cual gira en torno al asesinato de un inmigrante ecuatoriano en Long Island.