Política
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Desarrolló un modelo de escuela democrática

Piden trasladar los restos de José Santos Valdés a la Rotonda de Personas Ilustres

El Senado ya lo aprobó, pero la comisión interinstitucional no ha revisado el asunto

Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de octubre de 2023, p. 10

Pionero en el desarrollo de un modelo de escuela democrática y figura esencial para la consolidación de las normales rurales en México, el profesor José Santos Valdés fue un educador, pensador, líder social y periodista con méritos más que suficientes para ingresar a la Rotonda de las Personas Ilustres, con lo que se haría justo homenaje a su persona, pero también reivindicaría el proyecto que acompañó toda su vida: la escuela normal rural, afirmaron profesores egresados de la Escuela Normal Rural Gral. Matías Ramos Santos, de San Marcos, Zacatecas.

En entrevista con La Jornada señalan que desde 2019, la Asociación de Exalumnos Emiliano Zapata de esa normal rural solicitamos al gobierno federal que se diera un reconocimiento nacional al maestro Santos Valdés (1905-1990), petición que fue acompañada por miles de firmas de maestros y egresados normalistas, sin que hasta la fecha se haya concretado.

Se trata de uno de los más grandes referentes con que contamos a nivel nacional, asegura el doctor Hallier Arnulfo Morales Dueñas, historiador y biógrafo de Santos Valdés, quien subraya que pese a sus múltiples aportaciones al proyecto educativo posrevolucionario, pareciera que enfrenta el anonimato y el olvido.

El camino para lograr que el maestro Santos Valdés forme parte de mujeres y hombres reconocidos por su contribución a la cultura, la ciencia, el saber, la política y la educación en México no ha sido fácil.

La solicitud, señala Morales Dueñas, la presentó ante el Senado de la República la legisladora Margarita Valdez Martínez, quien pidió un punto de acuerdo a la Comisión de Cultura para que se revisara el perfil, la trayectoria, la obra y la trascendencia del maestro.

Se determinó que tenía el mérito y se aprobó por unanimidad, lo que nos permitió llevar la solicitud a la Comisión Interinstitucional de la Rotonda de las Personas Ilustres, integrada por las secretarías de Gobernación, Cultura y Educación Pública (SEP).

Sin embargo, reconoce, a la fecha seguimos a la espera de que sesione esta comisión y revise la candidatura del profesor Santos Valdés.

Agrega que la SEP, que incluso ya elaboró un expediente con la trayectoria y principales aportaciones de la obra del maestro coahuilense, manifestó todo su respaldo a esta propuesta, entendiendo que representa la reivindicación de tres proyectos centrales de la escuela pública: la educación rural, las escuelas normales rurales y las misiones culturales.

Labor incansable

El profesor Ruperto Ortiz Gómez, compilador de la obra de Santos Valdés y profesor egresado de la normal rural de San Marcos, explica que desde su egreso como maestro de primaria en 1926 de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, la labor realizada por el profesor fue incansable.

Recuerda que Santos Valdés fue maestro frente a grupo en primaria, inspector de ese nivel educativo, profesor en la Escuela Central Agrícola de Tamatán, Tamaulipas, jefe de misiones y brigadas culturales, director de escuelas normales rurales, y años más tarde inspector de enseñanza normal rural en todo el país, pero además fue escritor, poeta y periodista.

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▲ De atrás hacia adelante, los profesores Hallier Arnulfo Morales, Tanalís Padilla, Sergio Ortiz y Ruperto Ortiz, en entrevista con La Jornada.Foto José Antonio López

Destaca entre sus múltiples obras la dedicada a Amelia, maestra de primer año, y su recuento de los antecedentes del asalto al cuartel Madera, en 1965.

Conocedor de su obra y alumno de quienes fueron formados por el propio Santos Valdés, sostiene que el maestro, quien dirigió la normal rural de San Marcos de 1948 a 1955, fue un hombre congruente toda su vida. Comenzó su trayectoria en la época cardenista y después siguió trabajando y realizó una extraordinaria obra.

Quienes tuvieron el privilegio de ver su trabajo en el aula, agrega, ya están pisando los 90 años, pero todavía se acuerdan de su talento como maestro, porque era un magnífico profesor, que siempre dijo que la mejor forma de enseñar es con el ejemplo. Toda su vida fue fiel a sus ideas y en su acción.

Homenaje al magisterio

El maestro Sergio Ortiz Briano, profesor-investigador de la Escuela Normal Rural Justo Sierra de Cañada Honda, Aguascalientes, considera que reconocer la larga trayectoria y los aportes de Santos Valdés a la educación pública mexicana, y en particular de los sectores más desfavorecidos, es resumir en una acción lo que tanto ha dicho la actual administración federal: hacer un reconocimiento al magisterio.

Hoy también, enfatiza, existen miles de docentes que con su trabajo cotidiano le siguen dando sentido al sistema educativo nacional, porque tenemos maestras y maestros que en su día a día resuelven los problemas de alumnos, pero también tratan de atender las necesidades de las familias y las comunidades, porque se han negado a acatar lo que por más de 50 años se ha querido imponer: sacarlos de los planes de estudio y de la comunidad.

Ahora, expone, estamos en un momento muy valioso en el que se está revisando el papel del magisterio y de las instituciones formadoras de maestros, y hacer este homenaje a la figura de Santos Valdés daría sentido a la promesa del gobierno federal de mayor reconocimiento al magisterio, porque permitiría valorar también todo el conocimiento que han forjado miles de profesores y subrayar que su trabajo sí es importante para construir nación.

Tanalís Padilla, profesora-investigadora de historia en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, resalta que Santos Valdés fue un hombre adelantado a su tiempo. No sólo por aplicar un modelo educativo de democracia directa y sus avances pedagógicos, sino también por su preocupación por el contexto social que enfrenta el alumno.

Reflexionó sobre cómo van a aprender los niños si acuden a la escuela con hambre. Cómo se les va a poder enseñar, siempre estuvo entre sus preocupaciones, pero también fue visionario en comprender la importancia de la democracia colectiva en los internados de las normales rurales.

Se le criticó por muchas de sus aportaciones, como el que los alumnos pueden y deben cuestionar a sus profesores, y porque consideró que era muy importante que las normales rurales formaran docentes con capacidad para hacer frente a los contextos sociales en los que vivían sus alumnos.