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Devuelven restos a familiares

Develan memorial de personas desaparecidas en el panteón Dolores
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▲ La Asociación Caracol y la CNB presentaron la ofrenda conmemorativa en la fosa común del Panteón Civil de Dolores, fundado en 1878.Foto Pablo Ramos
Jared Laureles y Jessica Xantomila
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de octubre de 2023, p. 14

En la fosa común del Panteón Civil de Dolores, la más grande de la Ciudad de México, se han encontrado los restos de personas que por décadas estaban desaparecidas y que ahora están siendo devueltos a sus familiares.

Entre quienes se encuentran en este lugar que ha sido utilizado desde hace más de un siglo por las autoridades capitalinas para depositar los cuerpos no identificados o no reclamados, están personas que murieron en la calle, atropelladas o que fallecieron solas en sus casas, así como víctimas de delitos y de atroces violencias de Estado, como las que el Ejército realizó durante la guerra sucia, dijo Javier Yankelevich, director de Operaciones de Búsqueda de la CNB.

Explicó que desde hace cuatro años la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) inició sus trabajos de investigación en este sitio y mediante la confronta de información del Registro Nacional de Personas Desaparecidas con la que posee el panteón sobre los cuerpos que entierran, se ha logrado localizar a víctimas de desaparición y se ha notificado a sus familias.

Ayer se develó un memorial en el cementerio de Constituyentes, fundado en 1878, hasta donde llegaron familiares que han buscado intensamente a sus seres queridos desaparecidos. Muchos de ellos se conmovieron hasta las lágrimas al escuchar las historias de cada uno, ya que pese a las reiteradas denuncias presentadas a las autoridades, éstas las ignoraron.

Enedina contó que su madre, María Margarita Cruz Mandujano, se extravió el 5 de agosto de 2016 y que posteriormente ingresó a un albergue de la ciudad donde incluso elaboraron una ficha de identidad, pero 20 días después falleció presuntamente por trombosis. El cuerpo, dijo, fue donado a una institución universitaria que después de un año incineró y cuyos restos fueron depositados en el panteón Dolores.

Aseguró que ninguna de las instancias involucradas dio aviso a las autoridades, por lo que su familiar estuvo en calidad de desaparecido por siete años.

Enedina narró que durante este tiempo vivió un periplo: viajó a Hidalgo, estado de México y Puebla, en muchas ocasiones con sólo unos pesos en el bolsillo. Tocó puertas en los servicios médicos forenses de esas entidades, se realizó pruebas de genética, pero nadie le dio información que arrojara algún indicio donde pudiera localizarla.

Fue hasta hace apenas 10 días que le notificaron que su mamá está en la fosa común de este panteón y aseguró que estará tranquila hasta que las cenizas le sean entregadas.

Ana Lilia vivió una situación similar. Su padre, Lauro, se extravió en enero de 2013 y un mes después ingresó a un albergue, donde falleció por desnutrición y los responsables del lugar entregaron el cuerpo a una universidad.

Sin embargo, de nueva cuenta ninguna instancia dio parte a las autoridades. Cinco años duramos yendo cada mes a los Semefos; proporcionaban listas de personas fallecidas en hospitales, pero él nunca apareció, sino hasta hace 20 días que fue informada que los restos de su padre están en la fosa común.

En la develación de la placa del memorial, donde también se celebró una misa por las personas que yacen en esa tumba general, Yankelevich enfatizó que las fosas comunes ya no pueden ser una opción ni en la Ciudad de México ni en ninguna parte del país, hay que remplazarlas con centros de resguardo transitorios como los que se han construido en otras partes de la República.