Política
Domingo 29 de octubre de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
Dixio
Catástrofe en Guerrero
En los muelles, ninguna embarcación quedó completa, aseguran

El ciclón no escogió y golpeó a todos por igual, lamentan pescadores, que buscan recuperar partes de sus naves

Foto
Lo único que se ve son los restos de los navíos hechos pedazos, refirió un habitante de Playa Manzanillo (imagen).Foto Alfredo Domínguez
Gustavo Castillo García
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 29 de octubre de 2023, p. 8

Acapulco, Gro., Ya sea nadando o con una pequeña lancha de remos, prestadores de servicios de pesca turística que ofrecían su trabajo en las playas Manzanillo, Caleta, Caletilla, así como en el Paseo de Pescadores y el club de yates, buscan en las aguas más con esperanza que con certeza, recuperar algo de sus embarcaciones o algún motor. Casi todo lo que tenían quedó hundido por los vientos de más de 300 kilómetros por hora que desarrolló el huracán Otis.

En un recorrido por la marina, pescadores informaron a este diario la desaparición de sus compañeros, pero no precisaron las cifras ni los nombres. La madrugada del miércoles, en este puerto se registró el fenómeno meteorológico más fuerte en la historia del país: un huracán categoría 5 en la escala Saffir-Simpson y el impacto se saldó con todas las embarcaciones que permanecían encalladas en el puerto.

El huracán remolineó

Mientras observaba los efectos del meteoro, El Chino, un pescador de las playas de Caleta y Caletilla, lo sintetizó así: Ahora no escogió a nadie. Aquí todo fue parejo. Fue un golpe muy duro. El huracán remolineó y primero nos llegó por tierra, se fue al mar y luego regresó.

Para los habitantes de Caleta y Caletilla, el huracán dañó a todos, no hubo espacio ni actividad que no afectara. Eso sí, cuentan, a unos les afectó más porque perdimos todo, nuestros trabajos, porque ya no hay lanchas con qué pescar o llevar a pasear a los turistas.

En el club de yates tampoco hubo nave que se salvara, pero Rosario, una mujer que habita en calles cercanas a Caleta, señaló: Son gente que tiene recursos y no perdió sus viviendas. Muchos de nosotros también perdimos los techos, las cosas... todo.

Manuel Meneses Gallardo, pescador en Playa Manzanillo, dijo a La Jornada mientras señalaba al mar, donde sobresalen todo tipo de fragmentos de botes: Nosotros fuimos los más perjudicados por el huracán, perdimos todas nuestras embarcaciones.

Aseguró que no les quedó “ninguna embarcación flotando. Lo único que ve allí, cerca de los muelles, son los restos de las embarcaciones hechas pedazos. Todo quedó destruido, lanchas y motores fuera de borda. Hasta los yates que se encontraban en el club están dañados: las olas los sacaron de los muelles, los volteó en algunos casos. Quién sabe cuándo nos recuperemos de este golpe tan fuerte que nos dio el huracán. Pedimos que nuestro Presidente nos eche la mano, que conozca todo lo que nos pasó.

Meneses Gallardo señaló, sin precisar números exactos y nombres: tenemos compañeros muertos y desaparecidos, capitanes y marineros. Explicó que la noche en que se sabía que Otis estaba por azotar Acapulco, hubo gente que sacó sus embarcaciones a mar abierto, a unas 30 o 40 millas, y no se sabe de ellos.

Expuso que los navegantes pueden desplazar entre 30 y 40 millas sus barcos en dos horas. “Otis empujó, en una hora, yates de 4 o 5 toneladas a 30 millas de la costa”.

Meneses Gallardo informó que la madrugada del miércoles había gente a bordo de sus embarcaciones tratando de que no se las llevara el huracán. Por eso, asegura, hay navegantes desaparecidos, porque siempre estamos arriba para intentar salvarlas.

Caleta y Caletilla (dos de las principales playas que cada fin de semana se llenaban de turistas procedentes de entidades cercanas por lo económico de los servicios, en comparación con el turismo de gran poder adquisitivo que llegaba a Punta Diamante y los restaurantes) están destrozadas.

Los pescadores siguen en la búsqueda de piezas de lanchas y yates destruidos, en un intento por reparar lo poco que tienen, con la esperanza de volver a ofrecer un viaje a observar la Virgen bajo el mar.