Acapulco, Gro., La necesidad y desesperación por conseguir agua y alimentos, tras la devastación que dejó el huracán Otis, llevó a ciudadanos a abalanzarse sobre las tiendas de autoservicio o en lo que quedó de ellas, entre estructuras y fierros.

De Walmart, Soriana, Sams, Oxxo –cadenas que tienen asegurados los inmuebles y las mercancías– tomaron desde productos de primera necesidad como huevos, pañales o papel higiénico, hasta cerveza, espejos, sillas, televisores, refrigeradores y motonetas.

Apúrate porque esto se va a poner muy cabrón, no se va a arreglar en dos o tres meses, dijo un joven a otro que lo acompañaba en las primera horas de la mañana de este jueves.

Cerca de ahí, una mujer se llevaba a toda prisa una silla de oficina cargada de adornos de Navidad y papel higiénico.

Algunos conducían carritos eléctricos o de supermercado cargados con objetos no perecederos. Una familia, como pudo, se llevó un refrigerador en una combi.

Edith Villanueva, con su hija en brazos, se dijo preocupada por la destrucción y los saqueos. Trabaja en una tienda de teléfonos móviles y se quejó porque arrasaron con todo. Una cosa que roben comida, pero hay gente que abusa, reprochó.

Muchos turistas se quejaron de haber sido sacados de los hoteles sin que les ofrecieran comida ni agua. Otros, como la estadunidense Alina Callejas, de California, pidió ayuda médica para su madre, que parecía haber sufrido un derrame cerebral; funcionarios locales la llevaron a una base militar para que se alimentara. Comida no se encuentra, todas las tiendas ya están saqueadas, alertó Guillermina Morales.