n estos días se decidirá quién encabezará a la 4T en la CDMX con vistas al proceso electoral de julio próximo. El método escogido por la dirección de Morena es una encuesta abierta a la población. No es, por supuesto, un método que permita expresar razonablemente las preferencias de quienes votarían por esta fuerza política. La encuesta involucra a cualquier ciudadano, de modo que es decisivo que quienes se ubican políticamente a la izquierda unifiquen su decisión. Habiendo resuelto los cinco participantes en la encuesta, en la siguiente etapa por su peculiar diseño las precampañas carecen de contenido político.
Para los ciudadanos, lo que se ha visto de los candidatos son sus caras y en la propaganda se reitera una simple idea: quien es el buen@. Ante esta ausencia de discusión política, es importante establecer que el criterio a considerar para expresar nuestra opinión es la trayectoria política de los candidatos. Importan los méritos administrativos, pero es más importante el compromiso político. Reconociendo que lo central es lo político, la trayectoria de los participantes no permite deja lugar a dudas.
Clara Brugada es militante de izquierda desde hace casi 40 años. Participó en la construcción de organizaciones populares en Iztapalapa desde principios de los años 80. Formó parte de organizaciones partidarias que se propusieron el cometido central de formar organizaciones autónomas de masas. Por ello fue constructora de la Conamup, la Coordinadora Nacional del Movimiento Urbano Popular. Fue participante relevante en la formación del PRD y de Morena. Por supuesto, dada su significación política, ha sido diputada federal y local, delegada y dos veces alcalde de Iztapalapa.
Esta experiencia política le pone en la mejor condición para enfrentar los problemas que tiene la ciudad de México. El gobierno saliente deja asuntos sin resolver, que solamente una administración capaz y con respaldo social podrá resolver. El tema de la seguridad está entre los primeros asuntos a enfrentar. Mucho se ha dicho sobre que este asunto está resuelto y que quien dirigió esta encomienda merece otras responsabilidades, pero lo cierto es que pese a que estamos en una situación mejor que la de muchas otras entidades, la inseguridad sigue siendo un problema muy importante.
La ciudad de México enfrenta, además, problemas severos en diversos ámbitos que no deben soslayarse. Un ejemplo importante es que el gobierno que termina deja una ciudad con un sistema de transporte público destrozado. La columna vertebral de este sistema, el Metro, está completamente colapsada. Ha habido errores estratégicos que vienen de años atrás, que deben corregirse con una visión verdaderamente centrada en los usuarios, centrada en el bien público. Deben corregirse también problemas en la operación diaria que afectan su funcionamiento. Importa reconocer que no se trata solamente de la presencia de problemas técnicos, ha habido decisiones políticas que han permitido la permanencia de una dirección sindical sempiterna que es un obstáculo al mejoramiento de la operación. Corregir esto implica apoyarse en los trabajadores democráticos para lo cual hace falta capacidad política.
En materia de vivienda, se enfrentan problemas añejos junto con otros de reciente aparición. No se trata solamente, como pasaba en las décadas de los ochenta y noventa, de construir vivienda nueva en la periferia. La ciudad vive un acelerado proceso de gentrificación que las últimas administraciones no han atendido. La expulsión de viejos inquilinos en las colonias céntricas para liberar espacios que ahora se usan en las nuevas modalidades de renta, como el Airbnb, tiene que enfrentarse a partir del reconocimiento de derechos en conflicto: el de los que están siendo desplazados y los propietarios que aspiran a mejorar la rentabilidad de su patrimonio.Hay ejemplos internacionales que pueden servir para orientar las acciones gubernamentales.
En un momento decisivo para el avance democrático de la ciudad no puede haber lugar para equívocos. Lo importante es que quien conduzca el gobierno haya mostrado su convicción ideológica y su compromiso con las causas populares. No es posible que aceptemos al frente de la siguiente etapa en la ciudad a alguien carente de trayectoria y compromiso político con la profundización democrática que tenemos planteada. Por supuesto que se requerirá también su capacidad administrativa. Por ello, a la encuesta es Clara Brugada la respuesta.