Lunes 23 de octubre de 2023, p. 2
El envejecimiento acelerado que experimenta la población representa un desafío para México y sus instituciones que, cada vez con mayor frecuencia, deberán hacer frente a situaciones diversas, muchas de las cuales ya se pueden anticipar y requieren de acciones específicas. Entre ellas están la desnutrición y el exceso de peso corporal, ambos determinantes de la calidad de vida de los individuos.
Así lo revela un estudio de investigadores de instituciones académicas y de salud de México y Colombia, quienes encontraron que 16.1 por ciento de los adultos mayores están desnutridos y 43.6 tienen sobrepeso. Ambas situaciones se originan en factores distintos, pero en todos los casos tienen implicaciones en sus condiciones de salud y bienestar.
El trabajo forma parte de la colaboración que desde hace 20 años existe entre instituciones de salud de Estados Unidos y México, a partir de la cual se ha obtenido información sobre tópicos de salud, educación, vivienda y sus repercusiones en las personas que están desde la sexta década de la vida en adelante.
Algunos de los resultados de dicho trabajo se publicaron en la revista Salud Pública de México (volumen 65, número 5, septiembre-octubre de 2023). En el tema de nutrición, los investigadores encontraron que los cambios en aspectos sociales, síquicos y físicos que a lo largo de su vida experimentaron los individuos de edad avanzada se reflejan en su condición física y eventualmente repercuten en otros problemas de salud.
Los especialistas advierten que la desnutrición y el exceso de peso en este sector de la población se deben considerar como áreas de intervención importante en el envejecimiento y tomar en cuenta que son multifactoriales.
La primera está vinculada a que la persona viva con depresión y tenga 70 años o más. Si estuvo hospitalizada en el anterior año, si tiene problemas bucodentales o digestivos aumenta cinco veces la probabilidad de que carezca de los nutrimentos esenciales.
Dificultad motriz
Presentar dificultad motriz duplica la relación con desnutrición al igual que el haberse caído en los pasados dos años y tener dependencia funcional. También, los eventos estresantes de la vida se relacionan con dicha deficiencia. Ésta aumenta hasta siete veces si vivieron algún desastre que afectó su vivienda y más de cinco veces si sufrieron algún accidente que afectó su salud en los pasados tres años.
En cuanto al exceso de peso, los especialistas encontraron que es más frecuente entre las mujeres, quienes no se perciben con sobrepeso, pero viven con enfermedades y no realizan ejercicio físico.
Llamó la atención de los investigadores que aunque más de 90 por ciento de los participantes reportaron estar adscritos a alguna institución de salud, 36 por ciento de quienes estaban afiliados al Seguro Popular vivían con desnutrición.
Los datos son relevantes para el país por el aumento que está teniendo este sector de la población. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el cambio demográfico se refleja en que el grupo integrado desde neonatos hasta 14 años disminuyó de 46 a 23 por ciento entre 1970 y 2023, mientras el porcentaje de adultos mayores de 65 años se incrementó en más del doble, pues subió de 4 a 10 puntos porcentuales.
En el mismo periodo, en el rango de personas en edad productiva –de 30 a 64 años– se registró un aumento de 24 a 43 por ciento, lo que en los siguientes años incidirá en una más alta presencia de personas de mayor edad.
Para la investigación Factores que afectan el estado nutricional en personas mayores mexicanas: Estudio nacional de salud y envejecimiento en México (Enasem) 2018, se tuvo la participación de 4 mil 587 personas con una edad promedio de 70.6 años, de los cuales 51.7 por ciento fueron mujeres.
Los expertos destacan otra condición propia del curso de la vida
, que es no contar con pareja. Lo identificado en el estudio coincide con otros trabajos, en los que se determinó que las personas sin pareja tienen 1.37 veces más probabilidad de presentar desnutrición, mientras durante la pandemia de covid-19 se observó que los adultos mayores que no tienen pareja perciben mayor soledad y depresión, lo que los lleva a no satisfacer correctamente sus necesidades dietéticas y provoca una reducción de la ingesta calórica
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