Lunes 23 de octubre de 2023, p. 4
Washington y NY., Funcionarios del Congreso, del Departamento de Estado y de otras agencias del gobierno estadunidense expresan frustración, temor y hasta oposición a la política de apoyo incondicional del gobierno de Joe Biden a Israel y la renuencia de Estados Unidos a llamar a un cese de las hostilidades o al menos a una pausa humanitaria
en el conflicto.
Unos 400 funcionarios del Congreso, judíos y musulmanes, y sus aliados, firmaron una carta en la que llaman a sus jefes, legisladores en ambas cámaras, a que demanden un alto el fuego entre Israel y Hamas, el retorno seguro de casi 200 rehenes israelíes y la llegada de asistencia humanitaria a Gaza.
La carta fue firmada de manera anónima ante temores del personal legislativo por su seguridad y posibles represalias contra sus carreras profesionales.
Por otro lado, crece un coro de disidencia en el Departamento de Estado contra la política estadunidense, que respalda la acción militar de Israel en Gaza sin ofrecer una condena del bombardeo de objetivos civiles.
Se está generando un amotinamiento dentro del Departamento de Estado a todos los niveles
, comentó un funcionario al Huffington Post.
Funcionarios dijeron a ese medio que existe una amplia frustración
por la falta de respuesta del secretario de Estado, Antony Blinken, y su equipo a las preocupaciones manifestadas por estos funcionarios.
Un funcionario de la Oficina de Asuntos Políticos y Militares del Departamento de Estado con 11 años de antigüedad, Josh Paul, renunció la semana pasada y en una carta pública cuestionó la continuación de asistencia militar letal a Israel
.
Agregó: “Déjenme ser claro. El ataque de Hamas sobre Israel no fue sólo una monstruosidad, fue una monstruosidad de monstruosidades…. Pero creo en el fondo de mi alma que la respuesta de Israel, y con ella el apoyo de Estados Unidos a esa respuesta, y por el statu quo de esa ocupación, sólo llevará a más y más profundo sufrimiento para ambos pueblos, israelí y palestino, y no está en el interés estadunidense a largo plazo”.
El debate interno
El jueves pasado, Blinken reconoció estas preocupaciones internas en un mensaje a todos sus empleados, en el que intentó explicar el apoyo estadunidense a Israel. Insistió en que la respuesta de Estados Unidos al conflicto ha sido equilibrada, con respeto a las normas humanitarias internacionales y precaución para proteger a civiles.
Pero esa explicación es cada vez más difícil de sostener, al crecer las bajas civiles en Gaza.
Dentro del gobierno el debate es limitado. Varios medios han citado a funcionarios federales, todos los cuales insisten en hablar bajo anonimato, por temor a represalias si cuestionan la posición oficial y la conducta de Israel en la guerra.
En las calles, la academia, medios artísticos y religiosos y dentro de sus propios oficinas, el gobierno enfrenta creciente y constante oposición a su complicidad con Israel. Sondeos recientes registran un giro en la opinión publica, en la cual una mayoría rechaza el aumento en la asistencia militar a Tel Aviv.