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En busca de chinicuiles, devastan 20 mil magueyes en Zempoala, Hidalgo
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▲ El agricultor Jesús Avilés mostró uno de sus magueyes destruidos por personas que roban los chinicuiles, problema que afecta a los campesinos de San Antonio Oxtoyuca, municipio de Zempoala, Hidalgo.Foto Ricardo Montoya
Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 22 de octubre de 2023, p. 30

Zempoala, Hgo., Ladrones de chinicuiles o gusanos rojos –utilizados para elaborar platillos exóticos y caros– han devastado cerca de 20 mil magueyes jóvenes, denunciaron productores de agaves pulqueros de San Antonio Oxtoyuca, municipio de Zempoala, estado de Hidalgo.

Los chinicuiles son orugas rojizas hasta de cinco centímetros de largo y son considerados la plaga que ataca a los magueyes, en particular a la variedad salmiana, como los que se cultivan en la localidad.

Por su exquisito sabor son utilizados para guisados de origen indígena y para la elaboración de pan. Para recolectar un kilogramo de esas larvas, los chinicuileros arrancan al menos 50 agaves, según los campesinos de Oxtoyuca, entre ellos Jesús Avilés Roldán.

En temporada de lluvias, en particular los días 10 u 11 de septiembre, explicaron, es muy fácil recolectarlos, porque se refugian debajo de los magueyes y solitos salen a ras de tierra; pero por la sequía que padece Hidalgo por segundo año consecutivo, esta vez los chinicuiles no abandonaron las raíces de los agaves.

Jesús Avilés, productor de plantas de agave manso (o de pulque), y salmiana, que vende a campesinos del estado de Jalisco, relató a La Jornada que, por estar escasos, su costo alcanza hasta 3 mil 500 pesos el kilo, lo que ha despertado la codicia de desconocidos que por las tardes y noches acuden a los cultivos de magueyes en el cerro aledaño a San Antonio Oxtoyuca, a unos siete kilómetros de la zona urbana, para arrancarlos, en busca de los chinicuiles

En un recorrido por el campo de de 10 hectáreas de Jesús –donde el año pasado sembró 35 mil agaves– La Jornada constató que los ladrones furtivos han arrancado cerca de 2 mil 500 plantas. Otros productores de San Antonio aseguraron que las plantas arrasadas son 20 mil.

La pérdida de 2 mil 500 plantas sólo en las tierras de Jesús, la calcula en más de 125 mil pesos, pues el precio promedio de cada agave de entre 60 y 80 centímetros es de 50 pesos, sin contar el tiempo y el trabajo invertidos.

Mientras observaba algunas de las plantas en el suelo, Jesús relató que aprovechando la lejanía en que se encuentran las parcelas de las casas de los productores, los ladrones colocan en la base de la planta una barreta y tiran de ella con fuerza para revisar si en las raíces hay gusanos rojos.

Explicó que cuando no hay lluvia los magueyes se deben desenterrar con cuidado, sin dañar las raíces para buscar las pequeñas larvas y luego volver a sembrarlos. En cambio, los ladrones arrancan con violencia los agaves, los revisan para ver si traen chinicuiles y luego las dejan en el suelo bocabajo, lo que provoca la muerte de las plantas jóvenes.

Ni siquiera revisan bien en las raíces, aseguró al mostrar cómo en la base de una planta arrancada se asomaban unos pequeños gusanos.

Relató que a finales de septiembre sorprendió a un hombre y a una mujer extrayendo los magueyes. Al verlo, dijo, ni se inmutaron y se marcharon del lugar. Por el enojo ni siquiera se me ocurrió tomarles una foto con mi celular, comentó. Por ese hecho inició una denuncia ante la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo.

Jesús y otros productores de maguey afiliados a la Unión de Ejidos de Zempoala pidieron la intervención de las autoridades municipales, estatales y federales para combatir la devastación de cultivos por los ladrones del chinicuil.