América Latina y el Caribe tiene tasas de delincuencia hasta cinco veces superiores a la media mundial, lo que está limitando el crecimiento de la economía, al reducir la acumulación de capital y la productividad, expuso el Fondo Monetario Internacional.

El organismo calcula que un aumento de uno por ciento en las tasas de homicidios –que, en general, fue el aumento medio observado en América Latina y el Caribe desde 2010– reduce la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) 0.3 puntos porcentuales.

En un anexo de sus Perspectivas económicas regionales: Las Américas, reportó que salvo Bermuda, Chile y Cuba, “los índices de delincuencia en América Latina y el Caribe son mucho más altos que los de otras regiones y tienen un impacto macroeconómico porque merman el crecimiento del producto al reducir la acumulación de capital y la productividad.

Las estimaciones indican que al cerrar la brecha de violencia se obtienen ganancias considerables. De acuerdo con los estudios, al reducir la brecha en los niveles de delincuencia entre América Latina y el Caribe y el promedio mundial en 20 por ciento, 50 por ciento o 100 por ciento, la economía regional crecería 0.05, 0.1 y 0.5 puntos porcentuales, respectivamente.

Otra forma en la que los indicadores delictivos tienen gran impacto, es por el lado del gasto en orden público y seguridad. El FMI mostró que los gobiernos de la región gastan hasta más de 3 por ciento de su PIB en esta materia, y esta carga se incrementa en países donde hay más delincuencia.