omo parte del grueso inventario de contratos leoninos otorgados por los seis gobiernos neoliberales a corporativos privados –mediante los cuales el Estado asume las pérdidas y los particulares concentran las ganancias–, el presidente López Obrador anuncia que su gobierno revisará los concedidos –desde 1998, por cortesía de Ernesto Zedillo– a los tres grupos aeroportuarios que operan en el país, pues les ha ido muy bien
con utilidades hasta de 70 por ciento al año
, mientras lo que entregan a la hacienda pública por usar todas esas instalaciones que se hicieron con dinero del pueblo es nada
.
Días atrás, los tres grupos privados que controlan 36 aeropuertos en el país (del centro-norte, Oma, con 14 de ellos; del sureste, Asur, con 9; y del Pacífico, GAP, con 13) pusieron el grito en el cielo, porque la autoridad modificó, con efecto inmediato y de manera unilateral
, los términos del límite de precios para tarifas aeroportuarias, las cuales se trasladan a los pasajeros por el uso de las instalaciones, el acceso a pistas y otros arrendamientos a aerolíneas. Y esos corporativos hicieron público su malestar
, no obstante que, a la hora de obtener las respectivas concesiones (en 1998), aceptaron y firmaron (como consta en el anexo 7 de tales autorizaciones) que ese fuera el procedimiento.
Refiere La Jornada (Emir Olivares y Alonso Urrutia), que hasta la pasada administración, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes reportaba que el sistema aeroportuario del país contaba con 85 aeropuertos nacionales e internacionales; de ellos, 36 operados por consorcios privados. Además, Aeropuertos y Servicios Auxiliares, directa o indirectamente, participaba en la operación de 25, y hay otros grupos con capital estatal y particular.
Como en todos los permisos, concesiones y conexos autorizados por los seis gobiernos neoliberales, el exceso ha sido la norma a la hora de las sumas y restas, donde el que siempre carga con las pérdidas es el Estado mexicano y las ganancias se las embolsa el corporativo beneficiado (siempre perteneciente al selecto grupo de amigos
del régimen), lo que puede constatarse en todas las actividades económicas entregadas al capital privado a lo largo de 36 años.
En todo esto, en la interminable entrega de los bienes de la nación, la responsabilidad es de quien otorgó los contratos. ¿Quiénes fueron? Los gobernantes del periodo neoliberal, los que quieren ahora regresar porque quieren seguir haciendo esos negocios
, dijo el mandatario, y planteó: ¿nosotros qué buscamos? Pues llegar a un acuerdo porque, si nos vamos a los pleitos, en una de esas perdemos. ¿Ustedes creen que el Poder Judicial nos daría la razón a nosotros, aun con todas las pruebas? O cuando se trata de litigios internacionales, acudir a tribunales internacionales, porque eso también lo aceptaron durante el periodo neoliberal, que si una empresa acude a un tribunal internacional hay que dirimir allá el asunto, y siempre se pierde porque en estos paneles, en estos tribunales, dominan los potentados. Entonces, es mejor el acuerdo y recuperar todo lo que se pueda
.
Ese convencimiento
no se limita a los concesionarios de los aeropuertos (que ahora se quejan de lo que ellos mismos avalaron 25 años atrás), sino que abarca amplia gama de sectores generosamente entregados por los gobiernos neoliberales: hospitales, reclusorios, carreteras, minas, gasoductos, petróleo, petroquímica, banca, transporte y un interminable etcétera que en nada ha beneficiado a los mexicanos.
Dice López Obrador que si bien lo que hicieron se puede decir que fue legal
, resulta totalmente inmoral, pues se trata de contratos muy leoninos
donde la culpa la tiene básicamente quien los otorgó
, eso sí muy bien asesorados
y maiceados por quienes resultaron beneficiados. Sólo con la renegociación de los contratos por los reclusorios privados, ¿saben cuánto nos ahorramos, hasta ahora? 10 mil millones de pesos cancelando los contratos leoninos. Así como los hospitales, entregaron los reclusorios. Y se hizo un ajuste y se llegó a un arreglo, ¿y cuánto es el ahorro? 10 mil millones. ¿Y cuánto nos ahorramos también en los gasoductos, y en el mantenimiento de las carreteras, y en la revisión de tarifas o la contraprestación de los que tienen las concesiones de los aeropuertos?
Y lo que falta por revisar.
Las rebanadas del pastel
Mientras los palestinos son masacrados, ¿dónde está la ONU? En el limbo, como siempre.
Twitter: @cafevega