La Fiscalía General de la República (FGR) no tiene impedimento para detener al ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Alberto Treviño Medina, a quien se le acusa de recibir sobornos por 4 millones de pesos con el fin de aprobar la reforma energética como parte del caso Odebrecht.

Paloma Xiomara González, titular del juzgado segundo de distrito de amparo en materia penal, dejó sin efectos la suspensión definitiva que le otorgó al ex servidor público en mayo pasado contra la orden de aprehensión que en 2021 libró en su contra Rogelio León Díaz Villarreal, juez de control del penal del Altiplano, por los delitos de asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

El Centro de Justicia Penal Federal en el estado de México, ubicado en Almoloya de Juárez, le notificó a la juez que el quejoso no compareció ante ese órgano jurisdiccional, con motivo de las medidas cautelares que le impusieron cuando le concedieron la suspensión definitiva, entre éstas comparecer ante el juez de la causa; no salir de la Ciudad de México y notificar cualquier cambio de domicilio, así como acudir a firmar al juzgado de amparo el primer lunes de cada mes.

Carlos Treviño Medina está acusado ante la justicia mexicana de ser presunto responsable de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa, al haber obtenido recursos de Odebrecht a cambio de impulsar el otorgamiento del contrato de esa empresa brasileña conel objetivo de operar la Planta de Etileno XXI.

La indagatoria fue judicializada por la FGR a un juez con sede en Almoloya de Juárez y el Ministerio Público Federal sustentó las acusaciones contra Treviño Medina respecto a la denuncia que interpuso en su contra Emilio Lozoya Austin, también ex director de Pemex, quien permanece interno en el reclusorio Norte enfrentando su proceso por el caso Odebrecht.

Lozoya Austin imputó a su sucesor en la dirección de Pemex de haber recibido 4 millones de pesos para que se aprobara un contrato multianual con la empresa Braskem, filial de Odebrecht, y con ello se transformaría etanol en productos de polietileno.