Política
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Conflicto sin fin

Apoya cúpula política a Israel

Cese del fuego, palabras vedadas en Washington

La Casa Blanca critica a congresistas que se atrevieron a abogar por la paz

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▲ Manifestantes muestran su apoyo a la causa palestina a las puertas de la residencia del presidente de EU.Foto Afp
Jim Cason y David Brooks
Corresponsales
Periódico La Jornada
Martes 17 de octubre de 2023, p. 6

Washington y NY., El Departamento de Estado ordenó, desde el pasado viernes, a todo el personal diplomático estadunidense no mencionar las palabras cese del fuego o desescalada del conflicto Israel-Hamas, mientras la secretaria de prensa de la Casa Blanca denunció a legisladores federales que se atrevieron a abogar por un alto el fuego como algo repugnante y vergonzoso.

Por ahora, esas palabras aparentemente están prohibidas por la cúpula política en Washington mientras el mundo observa el incesante bombardeo israelí de la población civil en Gaza y los preparativos para un ataque terrestre, todo con asistencia militar estadunidense.

La Casa Blanca no identificó a los legisladores que estaba criticando, pero hasta el momento 12 congresistas federales, incluidas las progresistas Ilhan Omar y Alexandra Ocasio-Cortez, han introducido una resolución en la cámara baja llamando por un cese del fuego. La diputada Rashid Tlaib, la única palestina-estadunidense en el Congreso, señaló: estoy llamando por una desescalada y cese del fuego inmediato para salvar innumerables vidas, sin importar su fe o etnia. Nuestro gobierno debe liderar con compasión por todas las vidas civiles. Creo en mi corazón que la mayoría de los estadunidenses desea poner alto a la matanza y la violencia. Crímenes de guerra no pueden ser respondidos con crímenes de guerra.

Pero estas posiciones son la excepción en el Washington oficial, donde los llamados por la paz por parte de funcionarios del gobierno, incluyendo el presidente y su gabinete, son casi inexistentes. Casi 400 de los 435 integrantes de la cámara baja del Congreso ya se han sumado a una resolución de apoyo a Israel que condena a Hamas, llama a esa organización a detener sus ataques y se compromete con el apoyo incondicional a Israel sin mencionar la situación en Gaza. Varias delegaciones de congresistas viajaron a Tel Aviv este pasado fin de semana.

En sus primeras declaraciones, el presidente Joe Biden pareció endosar la acción militar de Tel Aviv contra Hamas al aseverar que Israel tiene el derecho de responder, y de hecho el deber de responder, a estos ataques viciosos. Esa afirmación ha sido repetida durante más de una semana por Biden y su equipo. Biden, según se ha reportado, viajará mañana a Israel para reiterar esa posición oficial.

Por su parte, Donald Trump y los demás candidatos presidenciales republicanos han ofrecido su firme apoyo a Israel sin condiciones, al igual que el candidato independiente Robert F. Kennedy Jr.

El influyente senador republicano Lindsey Graham hizo eco de algunos de los comentarios más extremistas del gobierno israelí cuando manifestó la semana pasada que estamos en una guerra religiosa ahí. Yo estoy con Israel. Hagan todo lo infernal necesario para defenderse. Aplasten el lugar, en aparente referencia a Gaza. Este fin de semana decidió meter a Irán en su mensaje bélico.

Entre los candidatos presidenciales, la sola excepción al apoyo pleno de Israel es del aspirante progresista independiente y filósofo político Cornel West, quien repudió tanto la violencia de Hamas como la de Israel. “Yo pondría fin a la matanza de gente inocente –sean palestinos o israelíes– “al llamar por un fin a la ocupación israelí apoyada por Estados Unidos.

La resistencia violenta a la opresión es el lenguaje desesperado de un pueblo ocupado, añadió.

Pero al elevarse la tasa de muertes en Gaza, el gobierno estadunidense se encuentra cada vez más presionado para explicar qué está haciendo para proteger a los civiles en Gaza, incluyendo no pocos ciudadanos estadunidenses. El domingo, Biden comentó en una entrevista con CBS News que una ocupación por Israel de Gaza sería un gran error, pero pareció apoyar la acción militar contra el enclave. Aniquilar a los extremistas es un requisito necesario, dijo.

Por su parte, en su misión diplomática en Medio Oriente, el secretario de Estado, Antony Blinken, continúa respaldando sin condiciones el derecho de Israel de asegurar que Hamas nunca pueda repetir lo que ha hecho, mientras insta a Israel a tomar toda posible precaución para evitar dañar a civiles.

El domingo, cuando se le preguntó a Blinken una vez más si era posible establecer un alto el fuego para permitir el ingreso de asistencia humanitaria a Gaza, respondió que eso no podría ocurrir, ya que Hamas continúa atacando a Israel. Sin embargo, titubeó un poco ante la demanda israelí de que más de un millón de palestinos abandonen sus hogares, expresando que hemos escuchado directamente del presidente de la Autoridad Palestina Abbas y virtualmente de todo otro líder con quien he hablado en la región que esa idea no es factible y por lo tanto no la apoyamos. Creemos que se le debería permitir a la gente quedarse en Gaza, su casa. Pero también queremos asegurar que estén fuera de peligro y que están recibiendo la asistencia que necesitan. Pero un día después, este lunes, cientos de miles de palestinos han sido desplazados.

Continúan las manifestaciones en varias ciudades de Estados Unidos en defensa de los derechos de los palestinos y varios de los medios nacionales están publicando notas y opiniones críticas sobre el apoyo incondicional de Estados Unidos para el régimen israelí. Ya es hora de que Estados Unidos deje de consentir tímidamente el uso de violencia y más violencia por Israel como su respuesta reflexiva a los palestinos que han vivido por 56 años bajo una ocupación militar asfixiante, escribe Rashid Khalidi, profesor de la Universidad de Columbia, en un un artículo publicado por el New York Times ayer.

Advirtió que Washington está al borde de decidir qué acciones de Israel apoyará, algo que hará a Estados Unidos una parte plena de lo que sigue, aun si Biden y su equipo lo entienden o no.

Por ahora, la cúpula política en Washington –con sus pocos disidentes– parece estar optando por continuar su complicidad con lo que muchos expertos califican de crímenes de guerra.