Teotihuacan, Méx., Las explanadas de las pirámides del Sol y de la Luna fueron los escenarios místicos para que cientos de turistas acudieran a observar el eclipse solar anular en La ciudad donde los hombres se convierten en dioses, Teotihuacan.

Aunque las nubes ocultaron el astro rey, un viento frío recorrió la zona arqueológica y por momentos se pudo ver el espectáculo en todo su esplendor.

Desde temprana hora, los turistas accedieron a la zona aequeológica y colmaron las pirámides. La del Sol fue la más socorrida por los visitantes esotéricos y místicos. Ahí, en la explanada, ocuparon las escalinatas donde se sentaron a contemplar el eclipse. Otros más, hicieron su ritual extendiendo sus mantas sobre el piso con copal, cuarzos, amuletos, incienso y algunas hierbas.

Los asistentes utilizaron desde lentes especiales, caretas de soldar o cajas de cartón con filtros, hasta espejos de obsidiana que vendían los comerciantes de la zona.

A las 9:36 horas, cuando comenzó el eclipse, lo nublado de la zona impidió la visibilidad, pero al filo de las 11:09, cuando llegó el punto máximo, el fenómeno pudo observarse a plenitud.