Antes del mediodía el clima cambió, la temperatura bajó y las chamarras aparecieron entre algunos de los 2 mil 500 asistentes que acudieron a las instalaciones del Planetario Luis Enrique Erro, del Instituto Politécnico Nacional (IPN) donde se organizaron diversas actividades en torno al Eclipse solar, una aventura cósmica.

El público miraba al cielo con filtros solares o telescopios. Durante el punto máximo del eclipse anular de Sol, las instalaciones politécnicas estuvieron a tope por quienes emocionados observaron las distintas fases del fenómeno. De manera gratuita se entregaron 2 mil 500 lentes especiales a los entusiastas amantes del universo.

¡Queremos entrar!

También hubo muchas personas que no pudieron ingresar y permanecieron pegados a las rejas pues el límite del aforo se estableció en la misma cantidad de los filtros solares que se regalaron. Antes de las 12 de la tarde, parecía que iba a suceder un portazo: ¡Queremos entrar, queremos entrar, queremos entrar!, encabezaron los gritos unos niños de entre la multitud que todavía hacía fila sobre la avenida Wilfrido Massieu.

Mientras tanto, en las áreas verdes, los asistentes de todas edades disfrutaron de las actividades previas y durante del eclipse, mientras que estudiantes de Geofísica hicieron mediciones con sencillos objetos como hojas de papel, cinta métrica y una sombrilla colocados sobre el piso. Ahí pondrían en práctica lo aprendido, pero las nubes que se interpusieron durante el fenómeno causaron estragos en sus estudios pues la intención era medir con sombras el encuentro entre la Luna y el Sol.

Además del equipo del IPN, investigadores, astrónomos y otros especialistas explicaron a los visitantes en diversos puntos de las instalaciones temas relacionados al fenómeno cósmico, mientras que se veía a algunos pequeños que eran entrevistados por algunas televisoras antes de tomarse una foto, donde su cara formaba parte del cuerpo de un astronauta.

A las 11 de la mañana, cuando el Sol quedó parcialmente oculto por la Luna, a pesar de las nubosidad, la gente admiró alegre el fenómeno : es una maravilla, miren que hermoso o ya casi está a punto fueron algunas expresiones de las personas sentadas plácidamente en el césped, en sillas plegables o donde pudieran ubicarse cómodamente para presenciar el evento cósmico que sucederá de nuevo dentro de 33 años.

Largas filas se habían hecho desde temprana hora en los accesos politécnicos del Museo Tezozomoc en Azcapotzalco y en el Planetario Luis Enrique Erro, en Zacatenco. Algunos llegaron desde las seis de la mañana.

Además de los filtros solares, otros prefirieron la observación solar por medio de telescopios y unos más ingresaron al domo de inmersión donde se representó de manera digital el fenómeno cósmico. También hubo actividades infantiles y se transmitió en línea desde Campeche. En el recinto politécnico de Azcapotzalco hubo un recorrido por las salas interactivas del museo.

El eclipse anular en la Ciudad de México se apreciará a 70 por ciento como máximo y en zonas privilegiadas, como algunas del sureste mexicano será casi a 90 por ciento, explicó Omar Matamoros Hernández, director de Difusión de Ciencia y Tecnología.

Previo al evento cósmico en las instalaciones de Zacatenco, añadió: se observará una especie de mordida de la Luna al Sol; se va a oscurecer un poco y el fenómeno tendrá su máximo apogeo a partir de las 11:09 de la mañana.

El expectante fenómeno cósmico terminó, según calcularon los especialistas del Politécnico, a las 12:50 horas; es considerado un preámbulo para el eclipse total de Sol del 8 de abril del próximo año, que, ahora sí, oscurecerá 100 por ciento al Sol y será visible en México en Mazatlán, Durango, Torreón, Cuatrociénegas, Piedras Negras y Monclova.