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Histórica reunión del presidente Pedro Sánchez con vascos y catalanes

EH Bildu esboza su apoyo para la relección // JxCat entrega sus exigencias y aplaza su decisión sobre el respaldo

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▲ El secretario de Organización del Partido Socialista, Santos Cerdán (izquierda), y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, reciben a la portavoz de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua, y al senador Gorka Elejabarrieta, durante su ronda de contactos.Foto Europa Press
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 14 de octubre de 2023, p. 24

Madrid. El presidente en funciones del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, sostuvo un histórico primer encuentro oficial con los voceros de la coalición de la izquierda separatista vasca, EH-Bildu, en más de cuatro décadas de la restauración de la democracia en España.

Por parte de la izquierda abertzale acudieron Mertxe Aizpurua, diputada y líder de su grupo parlamentario, y el senador Gorka Elejabarrieta, quienes fueron recibidos con todos los honores protocolarios por Sánchez y por el grupo parlamentario socialista, para negociar los apoyos para la investidura que permita la relección de Sánchez.

Hace dos años, en mitad de la anterior legislatura, el grupo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) negoció con EH-Bildu algunas de las medidas más importantes, como los presupuestos generales del Estado, la ley de Memoria Democrática o la reforma de la ley del trabajo.

Pero aquellos encuentros fueron discretos y, salvo en una ocasión, se formalizó con una foto de familia en la que aparecieron la diputada Aizpurua, de EH-Bildu, y los ex dirigentes socialistas Adriana Lastra y Felipe Sicilia. Se evitó cualquier imagen que vinculara a Sánchez con la formación abertzale, la cual seguía siendo relacionada por parte de la clase política y la opinión pública con el entorno de la extinta organización armada vasca ETA.

Sánchez decidió formalizar de manera pública su diálogo con la coalición de la izquierda independentista vasca, que en la anterior legislatura fue crucial para su gobierno en iniciativas de calado, como los presupuestos generales o leyes emblemáticas, como la de vivienda.

El encuentro duró más de un hora, se llevó a cabo en el Congreso de los Diputados, con la presencia además del secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán.

Al término del mismo, EH-Bildu explicó en un nota: En un contexto político donde la crispación, el ruido y los malos modos tratan de imponerse al debate político, este encuentro refleja una forma de entender la actividad política y situarse en el momento histórico actual, en un ejercicio permanente de responsabilidad y respeto, por encima de otro criterio o interés.

Añadió: EH-Bildu hace lo que dice y dice lo que hace. Es por ello que no especula ni especulará respecto de su posición en este momento crucial. Frenar a la ultraderecha es un mandato democrático, con el que tiene absoluta responsabilidad y determinación. Porque frenar a las derechas reaccionarias es condición indispensable para abrir una nueva legislatura que, en opinión de EH-Bildu, debe profundizar en la ampliación de los derechos sociales y económicos de los trabajadores vascos y del Estado; la consolidación de políticas que fomenten la paz y la convivencia democrática en Euskal Herria y la apertura de un debate en torno a la plurinacionalidad del Estado y los derechos nacionales de nuestro pueblo.

Los voceros vascos calificaron el encuentro de hito, que abre la nueva etapa en el diálogo entre los dos partidos.

Sánchez también mantuvo un encuentro con la vocera de partido nacionalista catalán Junts per Catalunya (JxCAt), Miriam Nogueras, cuyos votos son imprescindibles para la investidura. La dirigente catalana aseguró que continuamos lejos de un compromiso histórico. Hoy tampoco veníamos a escuchar las condiciones del PSOE, porque hemos venido a recordar nuestras reclamaciones.

Y reiteró las cuatro exigencias del ex presidente catalán Carles Puigdemont desde Bruselas: Que el Estado español respete la legitimidad democrática del independentismo; que se cree un mecanismo de mediación y verificación para garantizar el cumplimiento de los acuerdos; que se produzca un abandono completo y efectivo de la vía judicial contra el independentismo, a través, entre otras cosas, de una ley de amnistía, y, finalmente, que los únicos límites a cualquier pacto sean los establecidos por los tratados internacionales de derechos humanos; es decir, que no sea la Constitución española.