Cultura
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Devuelven brillo a colosal cabeza de serpiente hallada en el Centro Histórico

Integra el INAH a equipo de expertos para conservar esta talla de más de 500 años de antigüedad

De la Redacción
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de octubre de 2023, p. 5

A poco más de un año de la revelación de una colosal cabeza de serpiente labrada en piedra en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) continúa con las labores de conservación de esta talla de más de 500 años de antigüedad. Entre las que se han localizado hasta la fecha es la escultura de su tipo con mayores vestigios de color, con policromía en aproximadamente 80 por ciento de su superficie.

Los titulares de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) y del Museo del Templo Mayor (MTM) del INAH, Salvador Pulido Méndez y Patricia Ledesma Bouchan, respectivamente, informaron que el hallazgo se verificó bajo el ala este del edificio de la antigua Escuela de Jurisprudencia de la UNAM, en el Centro Histórico.

A 4.5 metros de profundidad, arqueólogos de la DSA identificaron la escultura –de 1.8 metros de largo, un metro de alto, 85 centímetros de ancho y un peso estimado de 1.2 toneladas–, la cual, aunque estaba fuera de su contexto original, se halló asociada con una serie de elementos arquitectónicos.

Su peculiaridad radica en que las mismas mezclas de lodo y agua que la cubrieron por más de medio milenio también permitieron que su estuco se preservara, junto con rastros de colores ocre, rojo, azul, negro y blanco.

Para la atención de la escultura se integró un equipo formado por tres expertos en conservación del MTM y una restauradora independiente, coordinado por María Barajas Rocha, restauradora adscrita a este recinto museístico, cuyas labores iniciaron desde el instante en que fue levantada del subsuelo con el apoyo de una grúa.

Barajas Rocha, quien lideró el trabajo de conservación de color en el monolito de la diosa Tlaltecuhtli, descubierto en 2006, hoy visible en el MTM, explicó que el proceso de atención es crucial para la preservación de la policromía, toda vez que estos pigmentos, que representan un ejemplo notorio de la paleta de color que los mexicas usaban para decorar sus imágenes de culto y sus templos, son sumamente frágiles por los materiales minerales y vegetales de los que eran obtenidos.

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▲ La peculiaridad de la escultura, de acuerdo con arqueólogos del INAH, radica en que las mezclas de lodo y agua que la cubrieron permitieron que su estuco se preservara junto con rastros de colores ocre, rojo, azul, negro y blanco.Foto LANCIC-UNAM

Con apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se habilitó una cámara de humedad en la que, desde el 19 de septiembre pasado y hasta comienzos del próximo año se llevarán a cabo los trabajos de conservación del color. “Se trata de un espacio sellado, forrado con películas plásticas y equipado con humidificadores y datalogers (registradores de datos) para leer y controlar, en todo momento, la humedad relativa de esta representación ancestral del ofidio.

Nuestro objetivo está en que la cabeza de serpiente pierda la humedad que acumuló durante siglos de manera lenta y cuidadosa, para que ésta salga desde los poros internos de la roca hasta su superficie, ya que si el proceso se acelera pueden generarse pérdidas de color e, incluso, grietas o cristalizaciones de sales en la piedra, subrayó la experta.

Personal del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural de la UNAM realiza análisis de los materiales constitutivos de la talla, al tiempo que la arqueóloga Moramay Estrada Vázquez, quien coordinó el proyecto de salvamento en la antigua Escuela de Jurisprudencia, sigue con los estudios sobre la temporalidad, la iconografía y el simbolismo del objeto escultórico.