El presidente Andrés Manuel López Obrador reconsideró y confirmó que aceptó la invitación de su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, para acudir a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se realizará en San Francisco a mediados de noviembre.

El pasado 21 de septiembre, el mandatario mexicano había descartado su presencia en esa cumbre para evitar encontrarse con la presidenta de Perú, Dina Boluarte, pues ambas naciones rompieron relaciones diplomáticas a raíz de que México rechazó el golpe de Estado contra el mandatario electo en ese país, Pedro Castillo.

Ayer, a pregunta de La Jornada sobre cuándo tendría su próxima reunión con Biden, el jefe del Ejecutivo mexicano declaró que optó por aceptar la invitación de ir al APEC. Agregó que sus diferencias con Boluarte no son personales, sino que su negativa inicial se dio para evitar que su presencia se interprete como avalar una injusticia contra Castillo.

Como el 14 y 15 de noviembre vamos a estar en San Francisco, con el presidente Biden, dijo.

Esta determinación se da tras negociaciones con representantes de la Casa Blanca, donde también se habló de que López Obrador pudiera acudir a principios del próximo mes a Washington, a una reunión de seguimiento a la Cumbre de las Américas, realizada el año pasado y a la que el mexicano no acudió porque no se invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Opté por San Francisco porque es una reunión que nos importa mucho por la relación económica-comercial, es la reunión Asia-Pacífico, y vamos a participar, expuso.

–¿Sin importar la presencia de la presidenta de Perú? –le preguntó este diario.

–Sí, lo replanteé. No voy a estar mucho tiempo, pero me invitó el presidente Biden, me invitó a las dos; no puedo ir a las dos, tampoco puedo dejar de ir, tengo que mantener, y lo hago por convicción, una muy buena relación con el gobierno de Estados Unidos; nos conviene.

Reiteró que había rechazado asistir a la cumbre de APEC por la actitud del gobierno de Boluarte contra Castillo, pues tras varios intentos de destituirlo por parte de la oligarquía peruana, lo lograron y ahora lo tienen en la cárcel. Ante lo cual no se pronunciaron, criticó, los organismos de derechos humanos de la ONU y la OEA, ni los independientes, que solamente actúan cuando no van a causar enojo de los gobiernos hegemónicos.

Esa era, expresó, la razón por la que pretendía no acudir a San Francisco. No es un asunto personal con la presidenta que se impuso, sino es un asunto de no avalar con mi presencia una injusticia. Sin embargo, como me insistieron (Washington) y se ha portado muy bien el presidente Biden, acepté, voy a ir. Claro, no voy a estar todo el tiempo, ahora sí que va a ser como: llegas un día antes, duermes, participas, comes y te regresas.