Max Verstappen es un león manso visto desde afuera, pero el más temido de todos cada vez que en la Fórmula 1 se apagan las luces. Ese animal con el que tanto se identifica y cuyo perfil luce en su casco de Red Bull puede explicar la creencia de que es invencible. Para ganar su tercer campeonato del mundo de manera consecutiva (2021, 2022 y 2023), al neerlandés le bastaba con terminar sexto durante la prueba sprint en Qatar, independientemente de lo que hicieran sus rivales. Su voracidad es tan excepcional que no sólo mejoró la estadística, terminando sólo detrás del lí-der Oscar Piastri (McLaren), sino que además, a partir de la salida de Sergio Pérez por un choque múltiple en la vuelta 11, condujo su vehículo levantando tres dedos de la mano derecha antes de irse a festejar con su equipo.

Como los grandes felinos en África, Verstappen es un auténtico rey en la selva del automovilismo. Aún le restan seis carreras en el calendario, circunstancia que le permite igualar el paso demoledor de Michael Schumacher y su Ferrari en 2002, pero él se lo toma con calma. De momento ya tiene un lugar en la misma mesa que Ayrton Senna, Nelson Piquet, Jackie Stewart, Jack Brabham y Niki Lauda, tricampeones como él y leyendas en la F1; y puede decir que sus tres coro-nas han llegado en secuencia, una tras otra, como sólo pudieron hacerlo Juan Manuel Fangio, Sebastian Vettel y Lewis Hamilton.

Un año increíble

Ha sido un año increíble. Muchas grandes carreras y trabajo de equipo. Estoy muy orgulloso, por-que disfruto ser parte de este grupo, resume Verstappen sus sentimientos desde el paddock , en el circuito de Lusail. Seguiremos empujando y haciéndolo lo mejor posible. Fue una carrera divertida, hice todo lo posible por alcanzar a Piastri, pero no pude al final. Este título es del que estoy más orgulloso por la consistencia mostrada. Por supuesto que suena genial ser tres veces campeón del mundo.

El cielo de Verstappen, quien fue coleccionando récords en el circuito a la velocidad que conducía, se convirtió a la vez en el purgatorio de su coequipero Checo Pérez. El mexicano se encontraba peleando con Esteban Ocon (Alpine) y Nico Hulkenberg (Haas) a la mitad del sprint, cuando el francés tocó el neumático del alemán, quien impactó con el Red Bull de Pérez en la parte de afuera de la curva. Todos los autos quedaron varados.

Fue todo muy difícil. Una vez que empezamos a correr, iba a pasar a Hulkenberg y luego a Ocon, pero hubo un contacto entre ellos y se vinieron contra mí. Veremos si mañana (hoy en el Gran Premio) no tendremos más problemas, porque hay muchos daños en mi auto, explica Checo sobre su accidentada salida en Qatar. Max tiene más que merecido el campeonato. Es una de las temporadas más impresionantes de cualquier piloto en la historia de la F1. No cometió errores, simplemente estuvo en otro nivel.

Checo parecía que iba a pelear el título con Verstappen tras ganar dos de las primeras cuatro carre-ras de la campaña, la más reciente en Azerbaiyán en abril. Desde entonces, no pudo avanzar a la última sesión de calificación en ocho de 17 campeonatos y sus errores lo marginaron de los primeros lugares. No nos puede pasar de nue-vo, decía el tapatío en el inicio de sus despistes. Y, sin embargo, pasó.

En Lusail, una ciudad que nació cuando Qatar fue elegida sede del Mundial 2022, la F1 organizó un espectáculo de luces sobre los pits para conmemorar el título de Verstappen. Debido a que éste se dio en la carrera sprint y no en el Gran Premio de Qatar, no hubo ceremonia de podio, pero sí la entrega de placas con sus puestos a Piastri, Norris y el león neerlandés. La carrera estaba prácticamente definida un día antes. Todo gracias a las 10 victorias consecutivas del piloto de Red Bull, entre mayo y septiembre (récord de la máxima categoría), que lo dejaron muy por delante en la clasificación general.

Competitivo hasta la última milésima de segundo, Verstappen miraba de reojo en la celebración al novato Oscar Piastri, ganador de la carrera, y su coequipero Lando Norris, quien fue tercero. Hay que soñar con un campeonato, pero el simple hecho de hacerlo no te lleva a ninguna parte, advierte. No importa que haya hecho historia, el rey de la selva siempre quiere más.

Con información de AP