La cultura sonidera, considerada por las autoridades como una expresión festiva de música, baile iluminación, sonido y de gráfica popular, fue reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la Ciudad de México.

En la edición de ayer de la Gaceta Oficial, el gobierno local publicó un decreto –que entra en vigor hoy– para reconocer a los sonideros como un fenómeno cultural y social que debe ser preservado y salvaguardado.

De acuerdo con el documento, los encargados de amenizar los tíbiris surgieron a finales de la década de 1950 en los barrios populares de la capital como Tepito, Peñón de los Baños, San Juan de Aragón y Tacubaya, entre otros, que por más de 60 años han sido un fenómeno sociocultural, musical y de exhibición de los más importantes de la zona metropolitana del valle de México.

La expresión de la cultura sonidera implica la realización de bailes multitudinarios en el espacio público, lo que ha permitido una amplia difusión de diversos géneros musicales latinoamericanos como la cumbia, salsa, guaracha, el vallenato, la chicha y el son montuno, lo que ha derivado en la apropiación popular de distintos ritmos, de formas de bailar y vestir.

La cultura sonidera se ha convertido en una forma de vida para miles de familias en la Ciudad de México y zona conurbada, y ha generado circuitos de producción económica y cultural, por lo que es una actividad representativa de la diversidad, riqueza, dinamismo de la vida cultural y urbana.