La novela Constelaciones bajo tierra explora la vida de una boxeadora, un terreno poco visitado en la literatura de ficción en comparación con las ficciones sobre ese deporte en el ámbito masculino, dijo el escritor e investigador Héctor Fernando Vizcarra (Ciudad de México, 1980), autor de la narración recientemente editada que aborda el desarraigo, la soledad y las frustraciones de una mujer en ese deporte.

El también profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México mencionó a este diario que meterse a las necesidades y anhelos, pero sobre todo a las frustraciones de la personaje, fue lo que me hizo tratar de imaginar por qué alguien entra a un deporte donde lo van a estar golpeando y es casi seguro que tendrá lesiones de por vida.

Vizcarra destacó que en su novela, publicada por Ediciones Periféricas, la tensión entre los dos personajes: la dominante Tere, boxeadora, y Fernando, quien trata de averiguar si esa vida es verdad o mentira, “es una especie de biógrafo amateur que está preocupado por ver cómo volcar al texto lo que cuenta Tere.

Es una cuestión vinculada con la reflexión sobre la escritura, lo que escucha y en especial lo que se vive, porque es una especie de biografía ficticia, tentativa, de alguien que está viajando todo el tiempo y perdiendo cada vez más su propia identidad.

El novelista sostuvo la importancia de ver a Tere como un personaje claro al principio, una boxeadora de 50 años que ha tenido una vida dura, ha pasado por diferentes países y su personalidad se va borrando poco a poco hasta que ignoramos quién es exactamente.

Al final es una novela que puede ser de deportes, de viaje o negra. “En el caso de que sea novela de deporte, me interesaba relatar lo que puede suceder a alguien que practica box por los golpes, qué sucede en esa cabeza, esas voces internas y apariciones en el libro, incluso en el título.

Hay una imagen del mapa del Metro de París en la novela. Ella dice que puede leer el zodiaco y las constelaciones estelares en ese diagrama. El hecho de que vea sirenas y perciba personajes que se le atravesaron en el pasado tiene que ver mucho con la frustración de la vida de un deportista.

Vizcarra mencionó que tendría que considerarse que, en una tradición de la literatura de deporte arraigada en Latinoamérica, como es la del box, extrañamente no había una novela que contará las vicisitudes de una boxeadora.

Mentiras y desvaríos

Este texto difiere de lo que sucede en una novela policial clásica, continuó Vizcarra, donde se va averiguando a partir de pistas quién es el culpable y al final se le pone un rostro, lo que produce una satisfacción en el lector y en el detective.

Acá intenté un desarrollo contrario y estar recordando que es un proceso de escritura que puede no ser fiable, así como no es fiable la voz de Tere: no sabes si cuenta mentiras o está desvariando y no le pasó todo lo que dice. El narrador también puede ser alguien de quien se duda, añadió el escritor.

En el sentido de la cita el triunfo tiene muchos padres y la derrota siempre es huérfana, expresó Vizcarra, “Tere es una huérfana y es pura derrota. El desarraigo le viene desde su entorno infantil, porque difícilmente se puede pensar en una vida en una zona como la que vive de niña. Después va brincando por diferentes ciudades buscando ser campeona y no lo logra. Va siendo expulsada de los lugares donde podría tener algún arraigo: Mexicali, Los Ángeles, Madrid y París.

El libro repite que Tere es mexicana, pero en realidad es de ningún lado. En algún pasaje dice algo así como que ya no se acuerda dónde está ni tampoco importa mucho porque siempre está en camas distintas.

La novela Constelaciones bajo tierra será presentada el 19 de octubre a las 20 horas en la Semana de Novela Negra, en Querétaro.