El Centro de Derechos Humanos Fray Juan de Larios reportó la desaparición de la joven colombiana Marlin Sánchez Montero, quien se trasladaba en autobús comercial de Querétaro a Ciudad Juárez, Chihuahua. Según declaraciones de la familia, el pasado 30 de septiembre, la mujer de 19 años presumiblemente fue bajada del vehículo en Cuencamé, Durango, por personas que hasta ahora no se sabe si eran integrantes de la delincuencia organizada, policías estatales o agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).

Rodrigo Cárdenas Salinas, quien acompaña el caso en la organización, aseveró que han conocido de hechos similares, en los que migrantes son bajados de los autobuses en retenes para pedirles dinero. Sin embargo, señaló, Marlin cuenta con permiso de estancia en el país y hasta ayer nadie se había reportado para exigir rescate.

En entrevista explicó que la versión de que la joven fue bajada del autobús se basa en dichos del operador. La familia acudió a la Central de Autobuses de Querétaro para preguntar qué razón tenían de ella, si había llegado al destino, y ahí les comentaron que el chofer del camión les reportó que aproximadamente a las 11 de la noche habían bajado a la colombiana en Cuencamé.

Interviene comisión de búsqueda de Coahuila

Indicó que el reporte de desaparición ya fue tomado por la Comisión de Búsqueda de Coahuila, la cual establecerá comunicación con su homóloga en Durango, dado que los hechos sucedieron allá. También fue presentada una denuncia ante la Fiscalía de Personas Desaparecidas de Coahuila.

El Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas, en un informe sobre México difundido el martes pasado, manifestó su preocupación por la situación de vulnerabilidad de los migrantes, en particular aquellos en situación irregular, agravada por las políticas migratorias con un enfoque de seguridad.

Reconoció las dificultades a las que se enfrentan familiares de migrantes para la búsqueda, investigación y acceso a la justicia. Indicó que los Lineamientos del Mecanismo de Apoyo Exterior de Búsqueda e Investigación no tienen en cuenta las diferencias entre migrantes y refugiados ni los riesgos a que se enfrentan los solicitantes de asilo y los refugiados que puedan ser objeto de desaparición forzada.