Domingo 1º de octubre de 2023, p. a10
Los héroes necesitan malos ratos para probar de qué están hechos. En un clásico capitalino que retrató una imagen retro de la pasión por el futbol, con aficionados agotan-do entradas en pocas horas y entrenadores martirizados por el miedo a perder, el uruguayo Jonathan Rodríguez consiguió el gol que necesitaba el América para vencer 1-0 a Pumas en un rebosante estadio Azteca con 62 mil 707 personas.
El peso que tiene este partido es algo que sigue creciendo desde los años 70. Un fenómeno asociado con el futbol, pero sobre todo con la enorme penetración de ambos clubes en los sectores más populares. Un buen o mal resultado representa el lugar del otro durantelos días siguientes, las bromas activas y el estupor de los memes en redes sociales. Todo es parte de la misma cultura.
Al ser una noche de alto riesgo, los policías se hicieron sen-tir en los alrededores del Azte-ca. Según datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, cerca de 3 mil elementos estuvieron a car-go del ingreso y salida de los aficionados tras un pedido de paz que fue lanzado días antes por la Liga. A pesar de los esfuerzos, integrantes de La Monumental pegaron sobre las bardas del estacionamiento una serie de carteles con un maltratado logo deportivo de Pumas y la leyenda #NoEsUnClásico ¡No son grandes! ¡Son un mito!
Con cada operativo policial se revela el accionar de las barras. El poder de sus líderes es tal que al mismo tiempo que pretenden el liderazgo en las gradas, también guardan relación con personal de seguridad en las puertas de acceso. La ausencia de un control más eficaz les permitió a decenas de ellos entrar sin registro en el sistema de FanID y apropiarse de espacios destinados al público general, dando un portazo minutos antes del encuentro.
Como la justicia en el futbol no puede ser perfecta, el árbitro Víctor Alfonso Cáceres ejerció un papel mucho más significativo: jugar a cumplir la ley. Se sirvió de reglas para desempeñar su oficio, pero muchas veces falló y corrigió gracias al VAR, como en el gol anulado a los 11 minutos a Henry Martín, capitán de las Águilas, por golpear en su remate la cabeza de Pablo Monroy. En el penal otorgado a Rodríguez, ni la tecnología pudo salvarlo.
Patadas, empujones y miradas desafiantes
El Azteca vibraba como una naturaleza radical: no reclama-ba interpretaciones, sino métodos de supervivencia. En el comienzo hubo patadas, empujones y miradas desafiantes. Lo que faltó, como pocas veces, fueron más goles. Ningún equipo supo entregar a sus seguidores más emociones que reclamos al árbitro. Por momentos, incluso, los arqueros fueron actores de reparto, de esos donde su participación es sólo un capricho decorativo.
América fue audaz en quitarle la pelota a Pumas. Aunque no había acciones de riesgo, el juego giraba en torno a la velocidad de Brian Rodríguez, el desequilibrio de Julián Quiñones y la movilidad de Henry. Con eso, el equipo de André Jardine generó al menos tres peligrosos contragolpes, pero no apuntó bien en la finalización. Mucho más predecibles fueron los de la UNAM, a la espera siempre de que un milagro naciera de los pies de César Huerta, su mejor elemento en ataque.
Sobrevino entonces uno de esos momentos en que los jugadores se revelan ante la frustración. Mientras en las tribunas visitantes le-vantaba la humareda de un olor a mariguana, en la cancha Leo Suárez estrellaba su remate en el travesaño tras una mala salida de Julio González. “¡El puma no tie-ne mujer, el puma no tiene marido, pero tiene un hijo p… que se viste de amarillo!”, cantaban los mi-les de seguidores auriazules, convencidos de que su participación era decisiva.
Pero la pasión también se alimenta del dolor. Una presunta falta sobre Cabecita Rodríguez, en un achique del arquero González, derivó en la segunda revisión del VAR y un penal para el América. El uruguayo falló desde los 11 pasos, pero en el rebote se anticipó a sus adversarios para rematar el gol de la victoria con la frente. Lo que quedó impune en su festejo fue una señal provocadora sobre González, diciéndole a la distancia: me la pelas
, mientras los americanistas se fundían en abrazos.
Líder absoluto en la Liga, el América cerró así un círculo triunfal de clásicos en la era de André Jardine. Ni Chivas ni Cruz Azul, como tampoco Pumas, pudieron evitarlo.
Tigres remonta al Mazatlán
Por su parte, Tigres alcanzó el subliderato al reponerse para vencer por 3-2 al Mazatlán en el estadio Kraken. El conjunto felino tiene apenas un punto menos que las Águilas, mientras Mazatlán sigue entre los últimos puestos con 10 unidades.
Ake Loba (22) puso el primer tanto para los de Sinaloa, pero Diego Lainez (42) equilibró el marcador con un jugada en solitario. Nicolás Ibáñez (55) y Ozziel Herrera (64) concretaron el triunfo de los felinos. Francisco Venegas descontó al 88 y el técnico de los Cañoneros, Ismael Recalvo, fue expulsado (90+8).
En el estadio Hidalgo, Pachuca se quedó con nueve hombres y rescató un empate 1-1 ante el Necaxa. Los Tuzos siguen sin encontrar regularidad y se ubicaron en el lugar 14 con 11 unidades, mientras los Rayos son antepenúltimos.
Con un disparo de volea, Bryan González (13) abrió el marcador y Fernando Arce (20) consiguió la igualada. El cierre fue polémico, después de que el silbante Mario Terrazas marcó hasta nueve amonestaciones y expulsó a Darwin Quintana (67), así como a Byron Castillo (82).