Si bien el actual proceso de relevo en la rectoría de la UNAM ha sido más participativo que en ocasiones anteriores y hay más discusión pública sobre las iniciativas de los aspirantes, sigue habiendo prácticas negativas y deben evitarse, como el presunto acarreo a actos de difusión, o que no todas las escuelas acepten recibir a todos los candidatos.

Algunos participantes en la contienda afirmaron lo anterior y llamaron a la Junta de Gobierno (JG) a justificar y argumentar más las decisiones que finalmente tome, en el ánimo de dar mayor transparencia a la designación de quien ocupe la rectoría en el periodo 2023-2027.

En entrevista con La Jornada, Ambrosio Velasco, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, se dijo contento porque el proceso se está tornando mucho más participativo. En las reuniones con las comunidades de profesores, estudiantes e investigadores, el diálogo ha sido muy bueno.

Sin embargo, advirtió el ex director de la Facultad de Filosofía y Letras, me he enterado también de algunas críticas, de que ha habido eventos (de candidatos) a los que han llevado gente. No me consta y no sé si sea cierto; estoy seguro de que ninguno de mis colegas que participan para la rectoría lo hace, pero siempre hay algunos grupos con este tipo de estrategias. Hay que evitarlo a toda costa.

De igual forma, Velasco subrayó la necesidad de que la JG avance en la justificación de sus decisiones. No sabemos qué criterios van a utilizar para hacer la siguiente lista (de candidatos finalistas, el 12 de octubre), o qué tan corta o larga será, pero sería bueno que haya una justificación de cuáles fueron sus criterios y razones. Ganaría mucho el proceso si lo comunican.

Por su parte, Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, señaló que esta vez ha habido más visitas de los candidatos a las sedes académicas de la UNAM para presentar sus planes de trabajo, pese a lo cual persisten ciertas barreras en algunas escuelas.

Unas han tenido bastante apertura, como la Facultad de Arquitectura y los campus de Morelia y Morelos, pero hay otras, como los CCH y las Facultades de Estudios Superiores que han sido muy selectivas y han privilegiado la presencia de algunas autoridades actuales, de algunos funcionarios, denunció.

El sociólogo y experto en temas de población coincidió en que “hay testimonios y quejas, que a mí no me constan, de que ha habido ‘cargadas’, sobre todo una que se dio en un CCH, donde alumnos habrían sido llevados a un evento, incluso con camionetas, como un ‘acarreo’”.

Consideró también que debería haber mayor argumentación de las decisiones de la JG. El 12 de octubre, cuando haya una primera selección de aspirantes, sería sano que hubiera una expresión más argumentada de por qué se seleccionó a algunas personas y no a otras.