Cultura
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Analizan en ciclo la intrincada historia de los diarios de Edward Weston
Alondra Flores Soto
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de septiembre de 2023, p. 3

Los diarios que escribió el fotógrafo Edward Weston en la década de 1920 se publicaron de manera póstuma en 1961 y 1966, en dos tomos divididos en los periodos sobre México y California. Sin embargo, gran parte fue quemada por él mismo; también tasajeó con navaja nombres y frases.

Después, la primera en mecanografiarlos fue una estudiante alemana, quien cambió la puntuación, por lo que posiblemente se perdió el sentido. Décadas después, al editar el libro, Nancy Newhall cambió aún más los textos buscando dar un carácter más del estilo de Goethe. Parte de esta intrincada historia de un texto íntimo y revelador fue uno de los aspectos que se abordaron durante la jornada académica Edward Weston y Tina Modotti a 100 años de su llegada a México, realizado ayer en el Museo Nacional de Antropología (MNA).

El Centro para la Fotografía Creativa, en Arizona, posee los diarios originales de Weston. La encargada de esta colección, Emily Una Weirich, conversó sobre este importante acervo que adquirieron en 1981, el cual incluye más de 903 páginas, la mayoría escritas a mano y otra parte mecanografiada, que brindan información valiosa sobre una fase altamente productiva en el desarrollo de su trabajo, del tiempo que pasó en México en los años 20 y la relación con Modotti. Parte del trabajo que realizan consiste en digitalizar y conservar este material para que sea un punto de acceso para los investigadores.

Problemas de traducción

El editor y traductor Jaime Soler Frost continuó analizando los problemas de traducción de los diarios de Weston, pues los dos volúmenes editados de manera póstuma por Newhall se enfocaron en dar una imagen suavizada de su fotografía y de su vida privada. Además, es como una parte de un iceberg, ya que sólo ofrece una selección de lo que había sobrevivido. Es un libro que debe mantenerse vivo, y no confinado en una biblioteca, como uno de los clásicos de la autobiografía de la historia del arte, consideró.

Ernesto Peñaloza, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los organizadores del encuentro académico, comentó que Weston ciertamente vivió una época de muchas innovaciones, pero fue reticente a modernizar las cámaras, porque tenía claro que el gran formato le daba la calidad que buscaba, aunque hizo innovaciones técnicas en cuanto a la película, lo cual le permitió captar altas luces con detalles que antes era muy difícil.

El especialista encabezó una breve sesión de debate a media jornada de un amplio abanico de ponentes que permitieron aportar sobre el valor, la personalidad y el ambiente que rodearon a dos grandes artistas de la lente que partieron de Estados Unidos a México, donde se marcó el rumbo de sus futuros.

El encuentro se inició a las 10 de la mañana, con la inauguración que encabezaron Antonio Saborit, director del MNA, quien además es autor del libro Una mujer sin país: Las cartas de Tina Modotti a Edward Weston 1921-1931; Delia Salazar, directora de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y Angélica Velázquez, directora del IIE de la UNAM.

Efervescencia cultural

Modotti y Weston llegaron atraídos por la efervescencia cultural del México posrevolucionario, señaló Velázquez. Durante casi cuatro años convivieron intensamente en la comunidad artística, experiencia que los transformó en figuras de la fotografía moderna internacional. Weston regresó a su país en 1926; nunca volvió a México. Modotti, después de varios años en Rusia y España, regresó y murió aquí en 1942.

El escritor Mark Eisner retomó las semillas creativas de Modotti cuando vivía en Los Ángeles, California, donde conoció a Weston y con quien inició una relación amorosa antes de zarpar hacia México para un viaje que se prolongó por varios años. El autor, quien realizó una de las biografías más exhaustivas sobre el poeta Pablo Neruda, dio un adelanto del libro que prepara sobre la fotógrafa y activista, el cual se publicará en 2025.

Las ponencias se iniciaron con el historiador del arte Horacio Fernández, quien envió su presentación en video, en la que se centró en 1923, año en que llegaron los dos artistas centrales del encuentro. El investigador español expuso el panorama cultural que se vivía cuatro años después del fin de la primera Guerra Mundial. Moscú, París y Berlín eran puntos neurálgicos en una red geográfica en la que cambiaba la forma de hacer arte. En la sopa de nombres y apellidos fueron nombrados la Bauhaus, Mayakovski, Kafka, Hemingway, Stra-vinski y Borges.