Washington. Estados Unidos se dirige a una parálisis presupuestal que lo obligaría a detener funciones a partir del primer minuto de este domingo por una batalla política en el Congreso. Los republicanos de línea dura en la Cámara de Representantes rechazaron ayer un proyecto de ley propuesto por su líder para financiar temporalmente al gobierno.

La Cámara baja rechazó en una votación de 232 contra 198 una medida para financiar al gobierno durante 30 días destinada a otorgar a los legisladores más tiempo para negociar.

El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y el presidente Joe Biden alcanzaron en junio un acuerdo que habría financiado el gobierno con un gasto discrecional de 1.59 billones de dólares en el año fiscal 2024, pero los republicanos de línea dura de la Cámara de Representantes exigen otros 120 mil millones de dólares en recortes, además de una legislación más dura que detenga el flujo de inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos con México.

Sin una nueva ley presupuestal que sustituya a la actual, que expira el 30 de septiembre, el Estado federal comenzará a quedarse sin fondos para funcionar a partir de este domingo. Salvo acuerdo de último minuto, una alternativa que luce imposible, la mayor economía del mundo funcionará a medias: 1.5 millones de funcionarios estarán en desempleo técnico, el tráfico aéreo se verá perturbado, y los parques nacionales cerrarán.

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que un cierre del gobierno socavaría el progreso económico de Estados Unidos al paralizar programas clave para pequeñas empresas y niños, y podría retrasar importantes mejoras de infraestructura.

La paralización sería la cuarta en una década y se dará cuatro meses después que un enfrentamiento similar situó al gobierno federal a pocos días de incumplir el pago de su deuda de más de 31 billones de dólares. Las repetidas maniobras han suscitado preocupación en los mercados financieros y Moody’s ha advertido de que podrían dañar la solvencia del país.