El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que si bien en su momento expresó su oposición a la reforma energética, cuando llegó al gobierno asumió el compromiso de no modificar los contratos con las compañías privadas y respetar los bloques asignados para su explotación. Es una postura que se ha mantenido porque si revocábamos esos contratos, se iba a generar mucha inestabilidad y a lo mejor no hubiésemos podido salir adelante.

Durante su conferencia matutina, apuntó que la política es, entre otros aspectos, optar entre inconvenientes y es el caso de la participación de la iniciativa privada en el sector petrolero. Respaldó que se concretara la adquisición de 49 por ciento de las acciones de la empresa Talos Energy por parte del grupo Carso. Consideró que con esta operación en el campo Zama (uno de los de mayor potencial) podrá comenzar a extraerse petróleo para beneficio mutuo, del país y esa firma, aunque reconoció que esto llevará un tiempo.

López Obrador cuestionó una vez más la pasividad de las empresas privadas en la extracción de petróleo a pesar de que se les entregaron campos en aguas someras y no, en aguas profundas, cuando la reforma la promovieron bajo la premisa de que no había recursos para la exploración en aguas profundas.