Política
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Las rastreadoras, testimonio de mujeres locas de dolor que buscan a sus familiares
Enrique Méndez y Alma E. Muñoz
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de septiembre de 2023, p. 15

Después de 19 años de búsqueda de su hija Mónica Alejandrina, estudiante de sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México secuestrada por una banda de policías, su madre, Adela Alvarado Valdez, expresó: Nos dicen locos. Sí, locos de dolor.

Ayer, durante la presentación en la Cámara de Diputados del libro Las rastreadoras, de Tania del Río, Alvarado Valdez expuso que tras la desaparición, llamamos a la Agencia Federal de Investigación (AFI), pero ellos secuestraban y desaparecían personas, entre ellas a mi hija.

Pero además, relató entre lágrimas, los agentes de la desaparecida agencia, creada en el sexenio de Vicente Fox, nos secuestraron a nosotros. Yo me tuve que encerrar con mi esposo, una de mis hijas, porque la AFI no nos dejaba salir a ningún lado, llamar por teléfono, no quería que nadie nos visitara. Nos encerraron en la casa y después de la locura y la desesperación de buscar a Mónica, no podíamos hablar con nadie.

Tania del Río le limpió las lágrimas con un pañuelo y Griselda Triana (esposa del asesinado corresponsal de La Jornada, Javier Valdez) la tomó del brazo.

Alvarado Valdez continuó: “No me quiero morir sin saber de mi hija, porque toda la familia la busca. Y no quiero que mis hijos se hagan responsables. Los perpetradores de mi hija los tienen amenazados de muerte, porque pertenecen a la policía.

No quiero que ellos carguen con la búsqueda de mi hija si mi esposo y yo nos morimos, porque no quiero que corran el riesgo ellos y sus familias. Somos desplazados. Para los desplazados no hay nada, no hay una ayuda, un apoyo. A ver cómo nos rascamos con nuestras uñas, después de que ya no tenemos dinero, estamos enfermos; que dejamos nuestra casa, que la familia se alejó porque creen que esto es contagioso.

Contó su asombro por el valor de las rastreadoras en todo el país. Hay compañeras que han encontrado a sus hijos y los han ido armando parte por parte. No se imaginan el dolor. ¿Si encuentro a mi Monis descuartizada, macheteada? ¿En qué condiciones la voy a encontrar? ¿Viva, loca...?

Griselda Triana resaltó que este libro aborda el “panorama desgarrador de este fenómeno que no cede… Nos narra condiciones en que realizan sus actividades de búsqueda. Salen equipadas con botas, guantes, sombreros, camisas de manga larga, machetes, sogas, cubetas, agua, sueros, para buscar entre el monte y la tierra removida cualquier indicio de restos humanos. En su mayoría son mujeres, que se enfrentan al monstruo de impunidad que prevalece en el país”.

También lamentó que las familias de los desaparecidos están enfermas, sin atención, olvidadas por las instituciones del Estado que debería proporcionarles atención. Son mujeres, madres y padres que buscan a sus familiares en condiciones adversas y ello las lleva a enfermarse”.