Opinión
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En el chopo

Tianguis Cultural del Chopo, patrimonio inmaterial de la Ciudad de México

Javier Hernández Chelico
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▲ Choperos celebran con Martí Batres (al centro), en el acto en el que se entregó el decreto.Foto Javier Hernández Chelico
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a historia del Tianguis Cultural del Chopo cierra otro capítulo con el decreto que lo declara patrimonio cultural inmaterial de la Ciudad de México. Ante las reacciones mediáticas es necesario hacer unos apuntes: en octubre de 1980 en el Museo Universitario del Chopo se inauguró el Primer Tianguis de Publicaciones Musicales y Discos; no obstante del éxito de este proyecto, las autoridades del recinto optaron por cancelarlo después de un par de años; sin embargo, la comunidad rocanrolera al salir del museo, sin saberlo, dio inicio a la singular historia del mercado roquero conocido posteriormente como El Chopo.

Todo surgió de manera espontánea: al encontrase en la calle los entonces futuros tianguistas decidieron instalarse en las rejas y banquetas del recinto universitario los sábados. El nombre de muchos de esos jóvenes pioneros se los ha tragado el olvido. Hay algunos que siguen dedicándose a actividades diversas y otros continúan rolando/vendiendo material roquero.

Un asunto a destacar es la etapa itinerante del tianguis; roló por la colonia San Rafael, Ciudad Universitaria, el casco de Santo Tomás, el quiosco Morisco, en la Santa María La Ribera, y una triste escala en la calle de Oyamel, en la Santa María Insurgentes. Justo, en esta última época se constituyó de forma legal el comité Tianguis Cultural del Chopo AC, conformado por tres comisiones: representación, culturales y difusión.

El peregrinar del Chopo terminó en 1988 al encontrar la tierra prometida en la calle de Aldama, entre Sol y Luna. Y allí empieza la fama chopera, gracias a que se unió la venta de parafernalia con las actividades culturales. La bonanza y los reconocimientos llegaron; uno de ellos de manos del entonces jefe delegacional interino de Cuauhtémoc, José Alfonso Suárez del Real, quien cabildeó que el tianguis quedara como patrimonio sociocultural de dicha demarcación en 2003.

El tianguis del Chopo reafirmaba así su carácter de espacio libertario, de territorio multicultural: por los pasillos se topaban, y se siguen topando, darks, punks, skatos, metaleros, chavos y chavas que van de los 10 a los 70 años (el rock crea mutantes).

Derechos y obligaciones

El documento que certifica al Chopo como patrimonio cultural inmaterial de la Ciudad de México fue entregado por el jefe de Gobierno Martí Batres el 22 de septiembre a Felipe Victoriano y César Salas, representantes del Comité del Tianguis del Chopo; el acto causó alegría de tirios y troyanos. Tanta, que el pasado sábado fue visitado por medios, curiosos y hasta por detractores para ver qué onda. Y sí, se respiraba ambiente festivo: las cámaras de los celulares lo registraron.

Ahora el gremio chopero debe hallar la fórmula para mantener el estatus, tarea nada difícil porque la mayoría de los agremiados aún conservan el espíritu chopero primigenio: el trato chido a visitantes y clientes. Sólo falta reforzar elementos de seguridad y de funcionalidad, como el reordenamiento en los pasillos para un deambular sano entre los asistentes y, sobre todo, dar sentido al agregado inmaterial contenido en el decreto. Por lo mismo, seguirá rifando el rocanrol y la cultura. Felicidades Chopo. Salú.