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Hielo marino antártico tuvo el nivel de invierno más bajo en 44 años
Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de septiembre de 2023, p. 6

Washington. La banquisa antártica marca su máximo invernal más bajo desde que hay registros.

Nunca había sido tan reducida al final del invierno, cuando registra su superficie máxima del año, desde que comenzaron los relevamientos científicos hace 44 años, informó el lunes el principal observatorio estadunidense.

La banquisa o hielo marino de la Antártida se derrite durante el verano y se vuelve a formar en el invierno, estación que está terminando en el hemisferio sur.

El 10 de septiembre, el hielo tuvo una extensión máxima anual de 16.96 millones de kilómetros cuadrados, escribió el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC, por sus siglas en inglés).

Es, con diferencia, el máximo más bajo de hielo marino registrado entre 1979 y 2023.

Comparativo con la superficie de Francia

La extensión máxima de este año es de mil 3 millones de kilómetros cuadrados menos que el récord anterior, equivalente a casi el doble de la superficie de Francia.

En febrero, en pleno verano austral, el hielo marino de la Antártida tuvo su punto más bajo, con una extensión mínima de 1.79 millones de kilómetros cuadrados, un récord de derretimiento, según el NSIDC. Luego, se volvió a formar a un ritmo inusualmente lento, a pesar de la llegada del invierno.

En el Ártico, donde ahora termina el verano, el hielo marino tuvo su extensión más baja del año, con 4.23 millones de kilómetros cuadrados, señaló el NSIDC. Se trata del sexto registro más bajo en 45 años de datos.

Durante varias décadas, el hielo marino de la Antártida se mantuvo estable o incluso se expandió ligeramente. Sin embargo, desde agosto de 2016, la tendencia relativa a la extensión del hielo marino antártico ha tenido un fuerte descenso, casi todos los meses del año, explicó la institución estadunidense.

La explicación es tema de debate entre los científicos, que se muestran reacios a determinar un vínculo formal con el calentamiento global, ya que los modelos climáticos han tenido dificultades en el pasado para predecir cambios en la banquisa de la Antártida.