Las bajas expectativas de productividad en las economías más grandes de América Latina, incluido México, no justifican el que las tasas de referencia –las cuales determinan el costo del crédito al que se financian empresas y personas– se mantengan altas durante mucho tiempo, afirmaron analistas de JP Morgan.

En el caso de Estados Unidos, las previsiones que apuestan porque las tasas de interés continúen altas se basan, principalmente, en la expectativa de que la economía sea más productiva. Este no es el caso de América Latina, explicaron Nur Cristiani, jefa de estrategia de inversión para América Latina, y Federico Cuevas, estratega de inversión global de JP Morgan Private Bank.

En México, detallaron, la relocalización de cadenas de producción más cerca de su mercado final –conocida como nearshoring– podría atraer importantes inversiones a todo el territorio, pero hasta ahora este movimiento sólo se ha concentrado en Nuevo León, estado que acapara 72 por ciento del capital que está llegando a la nación. Para que las ganancias de productividad se extiendan hacia el resto del país, sería necesaria una adopción, tanto a nivel estatal como nacional, de prácticas favorables a las empresas tales como el desarrollo de infraestructura de transporte o la disponibilidad de servicios públicos (agua, energía), algo sobre lo que no tenemos visibilidad (y los mercados tampoco), acotaron Cristiani y Cuevas.

El nivel actual que tiene la tasa de referencia del BdeM, en 11.25 por ciento, no se justifica en un posible incremento masivo de la productividad, de acuerdo con el análisis de los economistas de JP Morgan.

En Brasil, al igual que en México, no vemos ninguna razón que justifique tasas altas por más tiempo. En cuanto al resto de los países de AL, la actividad económica ha sido menos resiliente y ha reflejado el agresivo ciclo de subidas de tasas de los últimos dos años, detallaron Cristiani y Cuevas.