Política
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Dixio

Algunos retenes en la carretera

Paralizados, poblados de Chiapas; convoy del cártel de Sinaloa no llegó a Comalapa

Guatemala despliega a militares en la frontera “para prevenir cualquier ataque de los narcos mexicanos”

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▲ Las calles de Comalapa están desiertas; la gente prefiere permanecer en sus casas.Foto Equipo de La Jornada
Equipo de La Jornada
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de septiembre de 2023, p. 5

Frontera Comalapa, Chis., La franja fronteriza de México con Guatemala se encuentra paralizada. Después de La Trinitaria, la carretera federal que conduce a Ciudad Cuauhtémoc se ve desierta, así como todos los poblados, comercios y caminos secundarios. El tránsito vehicular es casi nulo en las dos direcciones. Sólo al llegar a Chamic, decenas de hombres y mujeres se encuentran en ambos lados de la carretera, bajo toldos, entre montones de piedras con las que han cerrado el paso en días pasados, en actitud distraída.

Un poco más adelante sale la carretera que atraviesa los ejidos urbanizados Revolución, Nuevo Horizonte y Nuevo San Gregorio. Como todo de este recorrido, no hay gente a la vista, y apenas un expendio de frituras abierto o una peluquería para señoras. Nos alcanzan dos vehículos con efectivos del Ejército que pasan saludando. Enseguida se nos empareja un camionetón donde viaja una familia, niños en el asiento trasero. La señora, desde arriba, en su ventanilla, pregunta a dónde vamos. Que a ver cómo están las cosas, dijimos.

Queda implícito el hecho de que anteayer salió de aquí un convoy de al menos 15 vehículos artillados del cártel de Sinaloa gritándose dispuesto a recuperar Comalapa. Los despedía una multitud. Ahora no hay ni perros. La mujer asegura con vehemencia que todo está tranquilo, no hay nada, y sigue atrás del convoy militar, al que nunca rebasa, en dirección al ejido San Francisco.

En Nuevo San Gregorio damos vuelta en U y retomamos la autopista a La Mesilla. De ahí en adelante una gasolinería estará abierta, sin clientes, por cinco cerradas y desiertas. Antes del paso fronterizo de la Panamericana, a mano derecha comienza la larga y sinuosa carretera hasta Tapachula. Sobre la Panamericana quedó atrás El Jocote, donde al parecer se internó el beligerante convoy de anteayer. O se lo tragó la tierra. La cosa es que no llegó a Comalapa.

En Paso Hondo hay relativas muestras de vida, incluso un partido de futbol. A partir de ahí no hay señal telefónica ni Internet. Los centros urbanos están aislados de la cabecera municipal, una ciudad de 80 mil habitantes, en adelante. Esto incluye Amatenango de la Frontera, Motozintla, Mazapa de Madero y en la sierra, Chicomuselo y Siltepec.

En Comalapa la vida está en vilo, como suspendida en el aire. Nuevamente grupos de hombres en ambos lados del camino, entre piedras, con su cono anaranjado, son un retén semilevantado. Cruzamos la ciudad, pasamos otro aparente retén que no nos intercepta y seguimos hacia Amatenango de la Frontera, donde al parecer está cerrado el paso. Retornamos, y en el retén de civiles nos detienen e interrogan. De momento ellos no saben si venimos o vamos.

Acabamos de pasar, les decimos. Qué bueno que se regresan, ya para allá no hay paso, indica un hombre amistoso. Estamos aquí cuidando. Somos organización civil, explica. Nos empiezan a rodear otros hombres, más curiosos que amenazantes. Somos periodistas. Les mencionamos las noticias de anteayer, que el cártel de Sinaloa venía acá; ellos se dicen ni enterados. Otro se aproxima, con la Guadalupana y Malverde en la misma medalla, y se interesa en nosotros. Del lado del copiloto hay un hombre más firme, quien decide que nos van a registrar y algunos entonces se tensan, abren las puertas traseras y manosean nuestras exiguas mochilas.

Retornamos hacia la Panamericana y a partir de ahí, hasta que dejamos el otro extremo del casco urbano, nos sigue a cierta distancia una motocicleta, que al salir del poblado se detiene y da la vuelta. Al recuperar la señal de Internet nos enteramos de que el comandante Alex Tuyuc informó que la Unidad de Operaciones para Montaña Ejército de Guatemala se está movilizando desde Tacaná hasta la frontera con Motozintla, con la intención de retomar el control, por las amenazas de algunos cárteles mexicanos que hoy día están operando en el área de Motozintla, Chiapas, a las localidades guatemaltecas Aldea Cheguaté, Las Tablas, La Esperanza, San Antonio y San Rafael. Esto, en caso de que los cárteles decidan movilizarse a territorio guatemalteco. La brigada busca prevenir cualquier ataque de los cárteles mexicanos.

Pues tiene chamba. En el área que vigilará la unidad guatemalteca operan Los Huistas, un cártel guatemalteco que, se presume, es aliado del cártel Jalisco Nueva Generación. Dos ejércitos nacionales movilizados y atentos, al menos tres cárteles criminales enfrentados, con aliados transfronterizos, y población civil leal o rehén. ¿No son ingredientes suficientes para una guerra?

Circula en redes un video sin fecha, tal vez de ayer, donde un grupo de mujeres camina en fila india a través de la maleza en algún lugar de Motozintla cargando algún tipo de equipaje. Hay niños. Una de ellas, en off, dramática y llorosa, suplica al Ejército y la Marina mexicanos su ayuda para todo mi ejido de Nueva Independencia. Como madre, teme por sus hijos. También se sabe de familias enteras en Chicomuselo y Motozintla que se llevaron por la fuerza.

En medio de tal confusión, un enérgico mensaje de la Coparmex local al gobernador Rutilio Escandón aplaude la decisión responsable del magisterio de suspender las clases en la región fronteriza y sierra. Los empresarios lamentan sin embargo la inseguridad generaliza y la virtual parálisis del comercio: Desapariciones, extorsiones (presenciales y virtuales), bloqueos de vialidades, incendios, disparos de armas de alto poder, homicidio de civiles ajenos a la rivalidad criminal y circulación de vehículos con civiles armados, entre otras expresiones criminales, han tenido como consecuencia la restricción del libre tránsito, afectando la disponibilidad de alimentos y la prestación de servicios de salud en los municipios de está zona.

Un amigo de San Cristóbal así describía anoche la situación: A los chiapanecos nos tienen como rehenes.