Domingo 24 de septiembre de 2023, p. a10
Los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) son una isla de nativos guerreros que están dispuestos a lograr cualquier gesta. Tienen claro que sólo pueden vender la derrota a un precio muy alto, sobre todo si se trata de Pumas CU. Por eso juegan al futbol americano con tanta pasión y coraje. Ni qué hablar de su entrenador Rafael Duk, quien aporta liderazgo y códigos internos a sus jugadores, capa-ces de inspirar victorias como la de ayer 23-20 en el estadio Olímpico Universitario.
En los clásicos estudiantiles de la Liga Mayor de la Onefa confluyen miles de personas que aman a este deporte como a sus rituales. Cada nueva generación parece obliga-da a ser mejor que la de antes, porque eso es parte de su mitología, afirman los más veteranos. Los gritos de ¡Huélum!
, el ¡Goya!
, los jersey con números gigantes y la inscripción de sus planteles forman parte de un lenguaje oculto que se habla en las gradas, desde el pebetero hasta la parte más alta del palomar, aunque no exista la mejor entrada.
Si las diferencias aparentaban ser mayores entre los dos equipos, existían en la cabeza de ciertos especialistas. Muchos daban por descontado que, si los de la UNAM volvían a ser los que peleaban contra las mayores potencias, la victoria era posible. No importaba la amplitud ni el nivel de sufrimiento, pero se ganaba. Parte de eso ocurrió en los primeros dos cuartos, donde forjaron una ventaja de 13 puntos a puro tackle. Después, error tras error, todo se vino abajo.
Hubo mejoría en el nivel de los auriazules si se compara éste con su primer partido de la temporada ante Águilas Blancas. La resisten-cia fue más limpia, el golpeo resultó la herramienta más útil en ataque, aunque en frente estuvieron los entusiastas Burros Blancos, que saben de gestas y grandes regresos. En ese momento había que tocar el orgullo de nuestros jugadores, recordarle a varios de ellos por qué fueron campeones de esta Liga
, describe el coach Duk, mente maestra en el IPN.
Existe una palabra que produce rechazo cuando es aplicada en cualquier deporte: presión. Ese vocablo que nadie quiere pronunciar y suelen trasladar los equipos al terreno rival. Los felinos la sintieron, se les notó demasiado. Los errores no forzados del mariscal de campo Leonardo De Garza y su suplente Félix Eduardo Rivera, a quien pronto le dieron ingreso en el partido, lo sintetizan. Cada decisión ofensiva a campo abierto denotaba nerviosismo y desesperación.
Nosotros lo notamos, estaban desesperados. Cambiaron a su mariscal, luego lo regresaron al poco tiempo. Aprovechamos esas situaciones, además de que la defensa nos dio tres veces el balón
, agrega Duk, refiriéndose a las tres intercepciones de Irving Robles, su principal fortaleza anímica. En un regreso magnífico desde la patada de kick-off, Esteban Espinosa adelantó a Pumas con la primera anotación y con ello sobrevino el peor momento de los guindas, incluidos dos balones sueltos, en menos de tres minutos de partido.
El marcador mostraba una diferencia mínima que debió ser más holgada para los felinos, más tranquilizadora, pero este deporte no tiene lógica. Dieron un paso adelante con los goles de campo de Brandon Cervantes, que incrementó la diferencia a 13-0; sin embargo, por razones que aún se preguntan y no alcanzan a descubrir sus aficionados, el ovoide empezó a conver-tirse en una barra de jabón durante sus ataques.
El regreso
Eso le dio vida al equipo de Zacatenco, que primero se acercó tres puntos con una patada de Guillermo Gordillo y luego sumó un par de anotaciones de Emiliano Martínez y el mariscal suplente Aldo Herrera para darle vuelta al partido 13-17 al inicio del último cuarto. Dos veces interceptado por el defensivo Irving Robles, el pasador de Pumas, Félix Rivera, observó los excesivos festejos de la nación guinda sobre el pebetero: ¡Pim pom porra/Pim pom porra/Politécnico, Politécnico, gloria!
.
Fue como si algo se activara dentro de Rivera. Una especie de dolor que era acompañado de su debida autocrítica. Para tocar otra música, siguió subiendo escalones sobre lo ya construido y encontró con un bombazo de 40 yardas a Luis Mario Medrano. Una vez cerca de la zona roja, el mariscal atacó por tierra y recuperó la ventaja (20-17), pidiéndole silencio a sus rivales.
Más que una señal de triunfo del odiado rival, los Burros Blancos lo tomaron como su última afrenta, una síntesis apresurada de la necesidad que tenían de ganar un clásico. Horas antes lo habían hecho las Pumas en el primer duelo de flag football femenil (45-18), sin necesitar de las principales cámaras ni micrófonos. Pero el shock vino a partir de la tercera intercepción de Robles y los goles de campo de Guiller-mo Gordillo, el último de ellos a cuatro segundos del final.
Esto refleja la importancia de este partido
, resume el entrenador en jefe de los guindas. En la primera fecha, las Águilas Blancas les ganaron el otro clásico. Ahora venimos a hacerlo nosotros. Como instituto, la victoria siempre es algo importante
.
En otros resultados: Fes Acatlán venció 60-43 a Linces de UVM, Borregos del Tec se impuso 42-12 a Potros UAEM, mientras Tecos UAG ganó 44-16 a Cardinales.