Capital
Domingo 24 de septiembre de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
Dixio
De la otra ciudad

Cinco mujeres forman la cooperativa Las Martos

En un taller de la colonia Del Valle, la cerámica nos cuenta historias

Esta técnica siempre está con nosotros: en el piso de la casa, en los objetos que usamos para comer. Además, gracias a ella sabemos de culturas antiguas

Foto
▲ Integrantes y talleristas de la Cooperativa Cerámica Las Martos, dedicada a la producción de piezas utilitarias, muestran la elaboracion de productos en su taller El Camaleón, arte y ceramica, ubicado en la colonia Del Valle, perteneciente a la alcaldía Benito Juárez.Foto Roberto García Ortiz
Elba Mónica Bravo
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de septiembre de 2023, p. 30

El taller de cerámica El Camaleón, que surgió como oficio familiar hace tres décadas, motivó a cinco mujeres a formar, en octubre de 2018, la cooperativa Las Martos, donde elaboran piezas utilitarias y decorativas a alta temperatura, que definen como únicas, porque a través de ellas pueden contar historias, además de que los diferentes tonos de esmaltes cristalizados no se encuentran en los productos que ofrecen los centros comerciales.

Patricia Martos, junto con sus hijas Vianney y Fernanda, su hermana Lorena y su amiga María de la Paz, integran la cooperativa. Esta empresa les ha permitido participar en diferentes exposiciones, como la que tendrá lugar en el Jardín Botánico en la UNAM, donde presentarán la pieza con figura de tlacoache y sus crías Mamá es cobijo.

Además, afinan detalles de las figuras que llevarán a una exhibición que instalará la embajada de Canadá en México; mientras, otros trabajos de los asistentes al taller concursan para participar en la Bienal utilitaria de cerámica en Veracruz.

En la cooperativa, ubicada en Mier y Pesado 328, colonia Del Valle, en la alcaldía Benito Juárez, es posible encontrar desde platos, vasos, cucharas, jarras, teteras u objetos decorativos, entre los que se encuentra un mapache llamado Jack pescando, un armadillo disfrutando de una margarita y cajas que representan los cuatro elementos de la naturaleza, hasta una bruja que vuela en bicicleta con un camaleón.

Patricia, quien declaró tener afición a las brujas porque, asegura, son mujeres con conocimiento, definió a la cerámica como el arte de transformar la tierra en objetos utilitarios, bellos, únicos e irrepetibles y durables que pueden trascender. Sabemos de culturas antiguas gracias a los objetos cerámicos, que dejaron registro de usos y costumbres.

Comentó que esta artesanía siempre está con nosotros: en el piso de la casa, en los objetos que utilizamos para contener líquidos o colocar alimentos. La cerámica es la gran compañera en el desarrollo de la vida y es alquimia.

El trabajo y estudio de las mujeres llevó a la creación de diferentes tonalidades de esmaltes que resultan de la exploración de diferentes óxidos de elementos metálicos, como cobre, cobalto, hierro, manganeso, titanio, níquel, y estaño, que con la temperatura del horno dan sorpresas en el resultado final de las piezas.

También trabajan con litio, mediante el que obtienen un tono azul turquesa, y con oro, que deslizan con pinceles en las decoración de figuras variadas, como alas de pájaros o en las orillas de los pétalos de flores.

En 2018, la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo apoyó a la Cooperativa Cerámica Las Martos con 95 mil pesos; en 2019, con 150 mil y una cantidad similar en 2021, lo que permitió a Patricia adquirir ocho tornos, un horno eléctrico, así como acondicionar un techo en la azotea del predio conocido como El recinto de las brujas.

El reto es consolidar una tienda en línea, además de instalar una sucursal del taller en Morelos y seguir participando en ferias y exposiciones, lo que les ha permitido hacer entregas bajo pedido, y que sus clientes al menudeo sean visitantes de diferentes estados, así como de Estados Unidos, Inglaterra y Canadá, entre otros países.

Patricia invitó al público a visitar el taller y a trabajar la cerámica porque, afirma, es relajante y estimulante por el contacto directo con los materiales, además de que abrir el horno después de quemar las figuras a mil 200 grados resulta extraordinario, porque no sabes qué vas a encontrar. Es como si fuera un regalo de Navidad. A veces lloras de tristeza si algo no tuvo el resultado esperado y en otras lloras de alegría.