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Consolida Lula su liderazgo en el sur global tras visitar Nueva York

El mandatario logra establecer con su contraparte estadunidense que existen muchas áreas en las que pueden colaborar, considera analista

Jim Cason y David Brooks
Corresponsales
Periódico La Jornada
Viernes 22 de septiembre de 2023, p. 25

Washington y Nueva York., En la Organización de Naciones Unidas y su gira a Nueva York, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, consolidó su posición como un líder del sur global no alineado y democrático al exigir reformas de la organización multilateral, encabezar llamados por más acciones para abordar el cambio climático y la pobreza mundial, jalar a Estados Unidos a una coalición para defender derechos laborales al mismo tiempo que expresó su apoyo a la huelga del sindicato automotriz, todo mientras buscaba atraer mayor inversión internacional a su país.

Brasil fue realmente un gran ganador en esta semana de la Asamblea General. Lo que deseaba lograr en la asamblea fue establecer, una vez más, que Brasil es un socio confiable, comprometido, multilateralista y democrático, explicó el historiador Andre Pagliarini, profesor en el Hampden-Sydney College en Virginia y colaborador con el tanque pensante Quincy Institute for Responsible Statecraft en Wa­shington. Estados Unidos ya no es todopoderoso como antes, explicó, “Lula está insistiendo en defender el multilateralismo, de varias formas de gobernación internacional –y no sólo en torno a la ONU, sino los BRICS, entre otros– no se deja encajonar”.

Rafael Ioris, profesor de historia latinoamericana y política en la Universidad de Denver e investigador en el Washington Brazil Office, está de acuerdo. Brasil estará comandando el Mercosur, el G-20, el BRICS ampliado y ahora el Consejo de Seguridad; por lo tanto, gozará de una plataforma enorme que puede usar para profundizar la tesis de reformar las instituciones que coordinan las dimensiones geopolíticas y económicas del mundo actual, escribió en un análisis para el Office.

En entrevista con La Jornada, el analista brasileño-estadunidense Pagliarini señaló que en estos últimos meses se ha prestado mucha atención en los medios al papel de Lula en la reunión del BRICS en agosto, su viaje a China, su rechazo a las presiones de Estados Unidos a brindar apoyo incondicional a Ucrania y más. Un objetivo del viaje a Nueva York, señaló, fue establecer con su contraparte estadunidense que hay muchas áreas en que pueden colaborar, aun si existen las bien conocidas diferencias.

La propuesta de Lula al presidente Joe Biden de crear una alianza global para defender a sindicatos y los derechos laborales es un ejemplo de este esfuerzo. Ambos mandatarios se identifican como campeones de los trabajadores, y la nueva alianza que anunciaron en la ONU el miércoles expresó su mensaje compartido. Las naciones del mundo hablaron sobre cambio climático, seguridad alimentaria, resiliencia económica. Sabemos que nuestro progreso sobre todos estos temas dependerá de los trabajadores, declaró Biden en ese evento con Lula.

Primer encuentro con Zelensky

Por cierto, el líder brasileño dejó claro su compromiso con los trabajadores al enviar a su ministro de Trabajo y Empleo, Luiz Marinho, y una delegación a reunirse con líderes del sindicato automotriz UAW, que está en huelga, y expresarles el apoyo y solidaridad del presidente Lula.

El mandatario sudamericano también sostuvo reuniones bilaterales durante su estancia en la ONU, incluyendo su primer encuentro en persona con su contraparte ucrania, Volodymir Zelensky, la cual fue calificada de muy importante y donde ambos presidentes dieron órdenes a sus cancilleres de continuar trabajando sobre temas bilaterales y multilaterales y continuar discutiendo la paz, informó el canciller brasileño, Mauro Vieira, a periodistas; y pocas horas después, Vieira se reunió con el canciller ruso, Sergei Lavrov. El brasileño explicó que la preocupación de Lula es buscar la paz a fin de poner fin al sufrimiento, muertes y destrucción que por supuesto es desconcertante para todo el mundo.

Lo que uno piense de Lula, ¿hay alguien que se le parezca en el escenario mundial?, pregunta Pagliarini. Alguien que fácilmente podría reunirse la semana próxima con Putin, despues de reunirse con Zelensky y Biden hoy, quien puede cruzar por África sin cargar una historia imperialista y también deslumbrar a europeos con sus credenciales social democráticas.

En la ONU, Lula también sostuvo reuniones con el director de la Oficina Mundial de Salud, con varias contrapartes latinoamericanas, y –como reportó La Jornada– habló tanto ante la Asamblea General como en el Consejo de Seguridad. Su delegación, además de su canciller y ministro de Trabajo, incluyó a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, y el Ministro de Hacienda, Fernando Haddad.

Entre sus múlitples reuniones, Silva participó en la cumbre sobre cambio climático el miércoles, mientras Hadas se reunió con el gigantesco fondo de inversiones BlackRock y con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellin.

Lula goza de fuerte apoyo a su agenda internacional en las encuestas de su país, dice Pagliarini. Pero el líder brasileño también entiende las expectativas económicas, tal como expresó en su ultimo mensaje en la red social X al despedirse de Nueva York al resumir todas las actividades y reuniones con diversos líderes y sectores de la delegación que encabezó: Todos felizes com a volta do Brasil e com vontade de trabalhar junto e investir no nosso país. Vamos continuar trabalhando duro pelo desenvolvimento do Brasil e por um mundo melhor (Todos están felices de haber regresado de Brasil y ansiosos por trabajar juntos e invertir en nuestro país. Seguiremos trabajando duro por el desarrollo de Brasil y un mundo mejor).

Brasil, bajo Lula, también dejó claro aquí que desea ser un líder global en abordar la crisis del cambio climático, y en su discurso ante la Asamblea General resaltó la transición acelerada a fuentes renovables. Ese liderazgo en el rubro de la energía verde es clave para lograr el objetivo de Brasil de negociar un acuerdo comercial entre Mercosur y la Unión Europea, como también para los grandes proyectos de infraestructura que su gobierno está impulsando en Brasil.

Para varios expertos, como Pagliarini, una pregunta es si hay nuevos líderes dentro de Brasil que puedan ser relevos de Lula para continuar con esta agenda ambiciosa o “qué tanto de esto depende de que Lula esté al timón… Una vez que no esté, ¿Brasil puede sostener esto?”

Por ahora, Lula repite, tal como fue el caso con Biden después de cuatro años de Trump, que, en el ámbito internacional, Brasil está de regreso.