Opinión
Viernes 22 de septiembre de 2023Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Dos respuestas oportunas de la ONU para lograr trabajo decente y justicia social de aquí a 2030
Pedro A. Furtado De Oliveira*
L

a consecución del trabajo decente y la justicia social requiere de un diálogo permanente y un esfuerzo conjunto entre todos los sectores, con especial énfasis en instituciones de gobierno, organizaciones de empleadores y de personas trabajadoras.

Aunado a ello, la crisis por la pandemia de covid-19, los conflictos globales actuales, los desastres naturales y la compleja composición del mercado laboral en el mundo, acentúan la urgencia de concretar soluciones que beneficien a toda la población, promuevan la sostenibilidad de las empresas, y la igualdad de ­oportunidades.

Estudios recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) – Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: tendencias 2023, Ginebra, 2023, y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)/OIT, Hacia la creación de mejor empleo en la pospandemia, en Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Nº 28 (LC/TS.2023/70), Santiago, 2023– indican que en América Latina y el Caribe se ha registrado un avance hacia la recuperación poscovid-19, sin embargo, estiman que aún existen áreas de oportunidad para fortalecer las estructuras del mercado laboral, combatir la informalidad y promover la protección social.

El panorama es similar o incluso más complejo para otras regiones del planeta.

En respuesta a estos retos internacionales, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, anunció en septiembre de 2021 el lanzamiento del Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social para Transiciones Justas, una iniciativa que busca contribuir con la creación de 400 millones de empleos decentes, principalmente en economías verdes, digitales y de cuidados, además de extender la protección social para quienes no cuentan con ella.

La plataforma, liderada principalmente por la OIT, funcionará a través de tres pilares: estrategia y políticas nacionales basadas en pruebas; financiación integrada que combina los recursos nacionales y el apoyo financiero internacional, y aumento de la cooperación multilateral. En una primera etapa, el Acelerador Mundial del Empleo se implementará en países pioneros que cuenten con las condiciones y la disposición para invertir en la generación de empleo decente y protección social, con vinculación a las normas internacionales del trabajo.

A la par de esta iniciativa, el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, ha anunciado el lanzamiento de una Coalición Mundial para la Justicia Social que contribuirá con la misión del Acelerador y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, con especial énfasis en el ODS 8 sobre trabajo decente y crecimiento económico.

Esta iniciativa se enfocará en la reducción y prevención de las desigualdades y ayudará a garantizar que se dé prioridad a la justicia social en la formulación de políticas y actividades nacionales y mundiales para todos, incluidas las comunidades indígenas, mujeres, jóvenes, quienes se encuentran en la economía informal, así como personas que se dedican a los cuidados.

Ambas plataformas están centradas en las personas y son complementarias entre sí. Tendrán un rol protagónico, al lado de otros proyectos de alto impacto, durante la Asamblea General de Naciones Unidas y la Cumbre de los ODS este septiembre, donde se espera que líderes de los países y de todos los sectores se sumen para impulsar el cambio que requerimos para acelerar la consecución total de trabajo decente y justicia social en el marco de la Agenda 2030.

* Director de la Oficina País de la OIT para México y Cuba.